Vanidad y Avaricia

   AYUDAME A SALVAR UNA VIDA  

REFLEXIONES

Hola, amigos, ¿qué tal? Merhaba arkadasim ¿nasilsin?

La vanidad es el orgullo de la persona que tiene en un alto concepto sus propios méritos y un afán excesivo de ser admirado y considerado por ellos, y la avaricia es el afán de poseer muchas riquezas por el solo placer de atesorarlas sin compartirlas con nadie.

Cuando en una relación de pareja uno de los dos vive con ese afán desmedido de ser admirado por todo lo que hace, llegando a sentirse incluso menospreciado si su pareja no se lo vive manifestando, es una señal de que existe un serio problema de autoestima traído a la relación y que debe de ser trabajado para evitar el fracaso matrimonial.

De la misma manera, la avaricia afectiva se da cuando uno de los dos acumula para sí los gestos de cariño que recibe y no los corresponde, comportándose de una forma egoísta, que pone en dudas la veracidad de su amor.

Tenemos que recordar que el amor, como el dinero, son formas de energía que, si no fluyen, se echan a perder, su acumulación paraliza el movimiento y, como el agua estancada, genera podredumbre.

Víctor Martínez te recuerda que dando es como recibimos y mientras tu más das, más recibirás, no puedes dejar nunca de compartir amor, para que te llegue mucho amor, de compartir tus bienes para que te sean multiplicados.

Recordemos que al final los bienes de arriba son los que tenemos que acumular, en Lucas 12, Jesús nos dijo: “Eviten toda clase de avaricia, porque la vida del hombre no depende de la abundancia de los bienes que posee”. Al final cuando morimos, ¿para quien serán todos tus bienes?

Vanidad y avaricia son dos grandes pecados que te separan de Dios, no es solamente el pecado del sexo en lo que nos debemos fijar, hay muchas formas de pecar, muy graves, como lo es la calumnia, murmurar, juzgar, criticar, desacreditar.

Revisemos pues nuestro comportamiento y dispongámonos a trabajar por nuestra salvación.

Hasta la próxima.