Haití pierde la expectativa de retornar a la institucional

Se manifiestan contra posible intervención militar extranjera y exigen renuncia del jefe de gobierno, Ariel Henry
PUERTO PRÍNCIPE, Haití
Cada día que transcurre, Haití se hunde en la más terrible crisis política, social y económica, que ha vivido en los últimos años, situación que se incrementó con el asesinato de su presidente Jovenel Moïse, hace más de 15 meses (el 7 de julio 2021).
Este martes, Haití amanece al borde del desastre, sin esperanza de avanzar hacia unas elecciones libres y el retorno a la normalidad institucional.
Haití carece de todo, pues no tiene de nada. Es un país con bandera, pero sin instituciones, dirigido por un grupo, sin capacidad para cambiar el destino de esa nación y conducirla hacia la institucionalización.
En Haití impera un régimen de criminalidad y delincuencia, donde bandas de delincuentes asaltan, asesinan, secuestran y parecen controlar al país.
Las bandas criminales son ley, batuta y constitución en este país, uno de los más pobres del hemisferio, y según analistas, parecen dirigidas por diferentes sectores políticos, incluyendo el propio gobierno de facto.
El Ministro de Relaciones Exteriores, Jean Víctor Généus, quien hace un mes aseguró que en Haití todo estaba bajo control, ahora asegura ante la ONU que “los haitianos no vivimos, sobrevivimos”.
“Tengo la delicada misión de llevar ante el Consejo de Seguridad el grito de angustia de todo un pueblo que sufre y decir, en voz alta e inteligible, que los haitianos no vivimos. Ellos sobreviven”, expresó el canciller.
Mientras que la embajadora de Estados Unidos ante la ONU, Linda Thomas-Greenfield, se refirió a dos propuestas que trabajan su país y México, una de las cuales, junto con sanciones contra las pandillas y sus patrocinadores, autorizaría el envío a Haití de una fuerza militar de la ONU.
El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, ha reconocido sin rodeos el fracaso del diálogo político en Haití.
Protestan contra invasión
El lunes, miles de haitianos tomaron las calles de Puerto Príncipe y otras partes del país para expresar su rechazo al posible despliegue militar de tropas extranjeras, que incluiría a Estados Unidos y Canadá.
Los manifestantes exigían, además, la renuncia del primer ministro del país, Ariel Henry, quien solicitó la intervención militar extranjera.
Los ciudadanos atendieron el llamado que hizo el líder del partido Pitit Desalin, Moïse Jean Charles, para tomar las calles.
Los protestantes fueron a la sede de la embajada de Estados Unidos, en Tabarre, para rechazar la intervención militar extranjera, pero en el lugar se encontraron con un fuerte contingente de seguridad.
Desde julio del año pasado, tras el asesinato del presidente Moïse, Haití vive una crisis social, económica y política que se ha agravado en las últimas semanas debido a las protestas contra del primer ministro Ariel Henry por la escasez del combustible.
A esta situación se agrega un brote de cólera, que ha matado a unas 40 personas.
En el fin de semana, Haití recibió equipos militares de Estados Unidos y Canadá, que fueron suministrados a la Policía Nacional y se dijo, serán utilizados para enfrentar a las bandas criminales.
