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Hola, amigos, ¿qué tal? Merhaba, arkadaslar, ¿nasilsiniz?
Una de las virtudes que todo ser humano debe cultivar es la obediencia a Dios, sin embargo, son tantos los que viven desobedeciendo a Dios, contradiciendo sus mandatos, disputando con Él, que se convierten en enemigos de la verdad.
Israel ha sido una nación privilegiada, favorecida por Dios desde sus inicios, pero dada sus particularidades, se convirtió en un pueblo engreído, muy creído, hasta el extremo de atreverse a disputar con Dios.
Israel fue un pueblo que vivió en la esclavitud, con una fe muy escasa, desobediente por no cumplir con lo que pedía Dios, pues no le hacían caso, incluso, adoraban otros dioses, y se ha caracterizado por ser siempre un pueblo conflictivo.
“Los ejemplos notables durante los cuarenta años de vagancia en el desierto incluyen:
1 Las murmuraciones en la ribera occidental del Mar Rojo cuando el ejército egipcio se acercaba (Éxodo 14:10-12).
2 Los reclamos indolentes en cuanto a la escasez de agua (Éxodo 15:24; 17:2) y de comida (Éxodo 16:2-3,12-13).
3 La idolatría relacionada al becerro de oro (Éxodo 32); el fuego profano que Nadab y Abiú ofrecieron (Levítico 10:1-2), entre otros.
4 El desacuerdo y las diferencias de Aarón y María contra Moisés (Números 12).
5 El rechazo de entrar a Canaán y la determinación de regresar a Egipto (Números 14:1-4).
6 La rebelión de Coré (Números 16).
7 El pecado de Moisés en Cades (Números 20:10-13).
8 Las murmuraciones contra Dios que causaron que enviara serpientes ardientes contra el pueblo (Números 21:4-9).
9 La fornicación e idolatría con las moabitas (Números 25).
10 La desobediencia ante las instrucciones de Dios, Él declaró en una ocasión: «¿Hasta cuándo no querrán guardar mis mandamientos y mis leyes?» (Éxodo 16:28).
“La nación de Israel continuó disputando con Dios incluso después de entrar a la Tierra Prometida. Primero, se puede señalar el pecado memorable de Acán (Josué 7). Hablando de manera general, Israel no completó la conquista de Canaán, lo cual dio como resultado cientos de años de represalia de parte de los habitantes previos (Jueces 1:27-36). Por más de 300 años después de la entrada a Canaán, durante el tiempo de los jueces, Israel vaciló repetidamente entre la obediencia y la desobediencia ante Dios, por lo cual Dios permitió que los habitantes previos de Canaán afligieran a Israel y le impusieran tributo. Las circunstancias no mejoraron después de los jueces y durante el tiempo de los tres reyes del reino unido de Israel. Después de la división entre las diez tribus del norte (Israel) y el resto de la nación (Judá), las disputas pecaminosas con Dios (la desobediencia rampante) guio a la conquista de Israel en manos de Asiria (721 a. C.) y el destronamiento de Judá en manos de Babilonia (587 a. C.)”.
Dios podría no castigar inmediatamente a las almas desobedientes, pero el juicio llegará para todos (Hebreos 9:27; 2 Corintios 5:10). Todo acto de desobediencia sea de comisión u omisión (Santiago 4:17), es básicamente una disputa con Dios.
Víctor Martínez te sugiere no llegar a la eternidad teniendo una disputa no resuelta con Dios, un acto de desobediencia, pues tendrás un final terrible.
“Independientemente de las instrucciones divinas que se consideren, siempre hay la opción de obedecer o desobedecer. La desobediencia de cualquier clase (ignorar, desafiar, sustraer o añadir a la Palabra de Dios, o cualquier otra modificación de la instrucción bíblica) es equivalente a disputar con Dios, incluso las disputas con los maestros fieles de Dios realmente son disputas contra Dios mismo”.
Este mensaje ha llegado a todos ustedes gracias al apoyo recibido por nuestro hermano Luis Girón.
Hasta la próxima.