
AYUDAME A SALVAR UNA VIDA
Hola, amigos, ¿qué tal? Merhaba, arkadaslar, ¿nasilsiniz?
Hoy es día de las madres en República Dominicana, la tierra del amor.
En el libro de los Hechos de los Apóstoles 15, he leído una frase que dice: “Hemos decidido, el Espíritu Santo y nosotros, no imponerles más cargas que las indispensables…” y fue entonces cuando reflexionando acerca de nuestras madres pensé en aquellas que están tan cargadas con problemas, preocupaciones, angustias, causadas muchas veces por un hijo o hija, cuando no, por un ingrato esposo
¿Por qué a partir de hoy no nos hacemos el propósito de quitarle a nuestras madres, tal cómo lo desea el Espíritu Santo, esas cargas que crean tanta infelicidad? ¿No creen ustedes que son ellas merecedoras de más paz, amor y mejor calidad de vida?
Vamos a provocar tal como nos dice el salmo 66, que ellas canten de alegría, ya que el Señor con su piedad las va a bendecir de manera especial en este día, permite que sea tu madre una de las que goce del privilegio de sentir la felicidad que les ocasiona no un regalo material, sino el que tú hijo, le regales un cambio de actitud, preocupándote más por ella y mostrándole más amor.
Ojalá que, la alegría de tu madre hoy sea tan espectacular que, tal cómo nos dice la lectura del libro del Apocalipsis 21, tu permitas que tu madre sienta a su ángel transportándola a lo alto para contemplar la ciudad santa desde donde puede glorificar a Dios.
Nuestras madres sí saben lo que es el amor, amar a Dios, por eso el Defensor, el Espíritu Santo, las llena de paz y de amor, no es justo que nosotros los hijos arranquemos de ellas ese estado de sentirse junto al Padre haciendo morada a su lado, tal como nos lo explica en san Juan 14.
Tal vez perteneces tu al grupo de quienes estamos sin madre, como Víctor Martinez, pues ya han partido al Reino de los Cielos, nos toca comportarnos y actuar conforme a lo que Dios manda, para que, desde donde estén se sientan orgullosas y sientan la satisfacción de tener a un hijo o hija, como tú.
Gracias Madre María, Virgen Santísima, por todo tu amor, protección y por interceder ante Tu Hijo Jesús, por mis necesidades. Bendice, Señor, a todas aquellas madres que están leyendo esta reflexión y derrama tu Espíritu Santo sobre ellas para que las llene de paz, amor, salud y fortaleza espiritual.
Gracias a Matilde Farach que, con su amor de excelente madre, ha llevado a todos ustedes este mensaje de hoy.
Hasta la próxima.