
AYUDAME A SALVAR UNA VIDA
Hola, amigos, ¿qué tal? Merhaba, arkadaslar, ¿nasilsiniz?
Sin importar el tiempo, cuando una madre querida se nos va, siempre sentiremos su ausencia, he aquí un diálogo ante la tumba imaginaria de mi madre, con motivo del aniversario de su partida, mañana:
Hola, mamá, estoy tan lejos de ti que ni siquiera puedo ir a visitarte a la tumba y aunque sé que estas mejor que yo, descansando ya de las calamidades de este mundo, quiero expresarte lo mucho que te extraño mamá, no dejo de afligirme en ocasiones cuando me acuerdo de ti y desde que vine a vivir a Turquía sueño casi todas las noches contigo.
Lo sé, hijo del alma, pero no estas lejos como te lo imaginas, nosotros estamos en una dimensión donde el tiempo y espacio no existe, siempre que sea necesario puedo estar a tu lado, además no pierdas tu paz y tranquilidad sufriendo por mí, yo estoy muy bien, no me ates a este mundo, debo cumplir mi nueva misión, junto al Señor.
Perdóname, pero a pesar del tiempo de tu partida, mamá, es duro, muy duro, hay días en los que te extraño tanto, al principio no sabía cómo sería el mundo sin ti, pues nos queda una sensación de angustia, de infelicidad, de tristeza, que solo Dios sabe.
Hijo, hay que seguir viviendo, Dios nos da fuerzas para superar la partida de nuestros seres queridos, tienes otros que necesitan de ti, y tu misión no ha terminado en ese mundo, así que levántate y deja de sufrir, eso no está bien, recuerda que siempre has dicho que eres el hombre más feliz del mundo y esos recuerdos te afligen. Suéltalos ya.
La verdad mamá que quisiera darte todo el amor que no te pude dar, abrazarte de nuevo, besarte, tenerte a mi lado, escuchar el sonido de tu voz, ¿Por qué te tuviste que ir?
Calma, calma, hay cosas que nunca vas a entender hasta llegar aquí, hoy me tocó a mí, mañana te tocará a ti, mientras, trabaja por tu santidad para que heredes el Reino de los Cielos, ama a todo el mundo, has bien al prójimo, no hagas daño a nadie, ayuda al Padre en la salvación del mundo, que a eso fue que Él nos envió al planeta tierra, no abrigues egoísmo, sigue haciendo tus grandes obras de caridad, ayuda al desvalido, al pobre, al enfermo, al que sufre, ellos todos son hijos de Dios y solo podrán recibir Su Ayuda a través de nosotros.
Gracias por recordármelo, tú sabes bien que me he pasado la vida ayudando, ver el sufrimiento de la gente con tantas carencias me hacen sentir impotente y me aflijo. ¿Sabes algo mamá? a veces me siento cansado, abrumado, triste, al ver a tantos seres queridos partir todos los días, en verdad que no es fácil, además madre querida, recordarte cada mañana, soñar siempre contigo, extrañar a papá…
Lo sé hijo, lo sé, te conozco mejor que nadie, pero vuelvo y te repito, ustedes no se pueden apegar a los que partimos, nos hacen daño, tienen que aprender a soltar a sus muertos, ni tampoco permitir la tristeza en el corazón, hay que darle entrada a la presencia de Dios. Aunque no lo entiendas, el dolor, el sufrimiento, las carencias, son parte de la vida y generan grandes aprendizajes, purifican y nos preparan para una mejor vida.
¿Recuerdas aquel pasaje, de aquel discípulo que antes de seguir al Señor le pidió ir a enterrar a su padre?: “Señor, dame permiso para que vaya primero, y entierre a mi padre, y Jesús le dijo: Sígueme; deja que los muertos entierren a sus muertos.” (Mateo 8:21).
¿Sabes que te quiero decir con esto, hijo querido? Que hay que dejar ir tranquilos a nuestros seres queridos y continuar con la alegría de vivir y servir, Víctor Martinez, te amé mucho, aún te amo y te amaré en la eternidad.
Hoy soy yo, quien te digo, hasta la próxima.
Este mensaje ha llegado a todos ustedes gracias al apoyo recibido por nuestro hermano Emile Troncoso.
Hasta la próxima.