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Decir que el salario mínimo cubre la canasta familiar es la “habladuría” del siglo

¡Cógelo, Picante! La delincuencia se desborda, dos cuestionados se disputan la jefatura policial y la mediocridad quiere seguir mangoneando el CDP

 

Buenos días…

En el CDP, la mediocridad no se retira. En el Colegio Dominicano de Periodistas (CDP), se habla mucho de profesionalismo, pero a veces lo que impera es el relajo. Algunos de los “históricos” del gremio se atrincheraron en la UASD durante décadas, bajo la sombra de grupos políticos. ¿Qué aportan al CDP después de años viviendo de un pasado turbulento? Más de uno no podría ni afiliarse hoy, porque nunca tuvo título. ¿Y qué te parece, Chinito Bujosa? Parece que en el CDP la mediocridad no se jubila… ¡se recicla!

A quien se le ocurra decir que el salario mínimo en este país alcanza para cubrir la canasta familiar, hay que mandarlo directo al Libro Guinness como el más grande hablador de la bolita del mundo. Y si hay un Nobel para la “habladuría con doble cara”, también lo merece.

La Policía Nacional dice que sus “acciones operativas y comunitarias” han reducido los delitos. ¿Cuáles? ¿Dónde? Porque cada vez que el país amanece con un muerto más, ellos salen con el cuento de que los homicidios bajaron. Pero ¿y la violencia doméstica? ¿Y los atracos? ¿Y los tiroteos entre bandas? ¿Y la habladuría oficial?

Este domingo, en el Ensanche La Rotonda, en Santiago, un adolescente de 15 años cayó en un tiroteo entre microtraficantes. ¿Esa es la seguridad que celebran?

La realidad es simple: la inseguridad no se siente, se vive. Y lo más grave: hablar del narcotráfico hoy es casi un acto suicida. Hay sectores dentro del propio gobierno que parecen más cercanos al bajo mundo que al deber público. ¡Y ni hablar de la impunidad!

La situación es tan crítica que un civil y un policía terminaron matándose a tiros en una estación de combustibles en Santo Domingo Norte… ¡por un turno! Sí, señores, así de distorsionado está todo. Un país donde un turno en una bomba termina en tiroteo

Mientras tanto, el gobierno de Abinader aparece con su última genialidad: prohibir el giro a la izquierda en algunas vías. ¡Oh, pero eso está en la Ley 63-17! ¿Desde cuándo un decreto o una resolución están por encima de la ley? Van a provocar un caos mayor. ¡Y con la cara dura dicen que es para “organizar” el tránsito!

Otra historia oficial que no cuadra. La Policía informó que mató a dos hombres en San Pedro de Macorís en un “enfrentamiento”. Los nombres: Moisés Severino Monegro y Wilfred Yoan Mejía Medina. Según la versión oficial, murieron mientras “recibían atenciones médicas”. Pero, mire usted el video. Sea usted el jurado. Otra historia mal contada. Otra vez, la “versión oficial” no convence a nadie.

Asaltados en un tapón, por falsos policías…  A metros de un destacamento. Dos ciudadanos chinos fueron asaltados salvajemente en un tapón, en plena avenida 25 de Febrero. ¿Los ladrones? Dos hombres vestidos de policías. ¿El escenario? Justo cerca de un destacamento policial. ¡Una burla total! Y cuando los golpeados extranjeros fueron a Villa Duarte a denunciar, les dijeron: “vayan a la Fiscalía de Chapre”. ¡Qué vergüenza!

¿Y quién quiere mandar en la Policía? En ¡Cógelo, Picante! no somos enemigos del subdirector de la Policía ni del inspector general. Pero si dos hermanos del presidente Abinader los están empujando para la jefatura policial, el país tiene derecho a preguntar.

Por ejemplo: ¿El general Guzmán Badía cargaba armas a oficiales puestos en retiro forzoso? Eso está prohibido por ley. ¿Y por qué lo expulsaron de una cementera en Santiago? El país lo quiere saber. Que lo explique. Pero, sin incurrir en mentira. Que recuerde, que por la verdad murió Jesucristo. Y que deje de visitar la residencia de Doña Sula, la madre del presidente. Se la está buscando como un león.

Y el otro, el inspector general, tiene dos auditorías en su contra cuando era subdirector administrativo del Hospital de la Policía. Se habla de irregularidades millonarias. ¿Eso no es corrupción?

Entonces… ¿cómo puede un gobierno que predica “transparencia” y combate la corrupción permitir que dos oficiales señalados aspiren a dirigir la institución más cuestionada del país? Eso sería una especie de crimen de lesa humanidad.

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