Derechos humanos denuncia ejecución de tres jóvenes en Sabana Perdida
Organización rechaza versión de la Policía Nacional y afirma que el hecho fue un acto de sicariato; comunitarios aseguran que los agentes llegaron disparando sin mediar palabras

SANTO DOMINGO ESTE, RD.
El Comité Dominicano de los Derechos Humanos, filial San Luis, rechazó la versión oficial de la Policía Nacional sobre la muerte del joven Joel Antonio Brito, ocurrida el jueves en el sector Los Pinos, Sabana Perdida, municipio Santo Domingo Norte.
La Policía había informado que el deceso fue producto de un intercambio de disparos entre agentes del Dicrim y presuntos delincuentes.
Diógenes Ozuna, representante de la entidad, calificó el hecho como una ejecución extrajudicial y aseguró que Joel no tenía antecedentes delictivos, como afirmó la Policía.
Según Ozuna, la familia del occiso reside en el Distrito Municipal de San Luis, y el caso se suma a otros incidentes similares que requieren investigación, como las muertes de Steven de Jesús Zapata y Halving de los Santos, quienes también fueron abatidos por agentes del Dicrim.
Ozuna denunció que los agentes actuaron como sicarios, ya que Joel fue asesinado, mientras celebraba un cumpleaños, junto a otros dos jóvenes, y sin mediar palabras, le entraron a tiros.
Los tres llegaron sin signos vitales al hospital, lo que ha generado protestas y rechazo en la comunidad.
El representante de Derechos Humanos advirtió que llevarán el caso de Joel Antonio a los tribunales, ya que está evidenciado que se trató de una ejecución extrajudicial.
Además, Ozuna señaló que los agentes borraron evidencia, como una cámara de seguridad que captó todo y que fue destruida.
“Se llevaron el disco duro luego de romper la cámara”, denunció, y agregó que en Sabana Perdida operan escuadrones de la muerte dentro de la Policía Nacional, quienes deciden quién debe vivir y quién debe morir.
Lo que dijeron los ciudadanos
Según testimonios de residentes del sector Los Pinos, en Sabana Perdida, un contingente de agentes de la Dirección Central de Investigaciones Criminales (DICRIM) irrumpió en la comunidad alrededor de las 5:30 de la tarde del jueves y, sin previo aviso ni intercambio de palabras, abrió fuego contra tres jóvenes. Uno de ellos, Joel Antonio Brito, se encontraba celebrando su cumpleaños.
“Llegaron disparando, no hubo enfrentamiento, fue una masacre”, expresó un vecino, visiblemente afectado.
Señaló, además, que, irónicamente, los operativos policiales suelen realizarse durante el día, cuando la comunidad permanece en calma, mientras que en la noche —cuando realmente ocurren asaltos y hechos delictivos— los agentes no patrullan el área.
Otra residente denunció que los agentes actuaron con total impunidad, protagonizando una balacera sin que nadie más respondiera a los disparos. “Fueron ellos los únicos que tiraron”, afirmó.
También se reportaron abusos contra ciudadanos ajenos al hecho. “A varios les quitaron los celulares y se llevaron detenida, hasta una menor de edad que no tiene ningún tipo de antecedentes”, denunció una mujer del sector, indignada por la forma en que se condujo el operativo.
Varios comunitarios coincidieron en que, tras cometer la acción, los agentes procedieron a retirar o destruir cámaras de seguridad instaladas en viviendas cercanas que habrían captado el hecho. “Se llevaron los equipos y rompieron una cámara. Eso es encubrimiento”, dijo un comerciante de la zona.
Estas declaraciones alimentan aún más la sospecha de una ejecución extrajudicial y han generado una oleada de indignación en la comunidad, que exige justicia, transparencia y una investigación profunda e independiente de los hechos.