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La gente cree que Abinader ‘protege’ a Antonio Espaillat

¡Cógelo, Picante! Revelan que uno de los involucrados en los robos de alambre eléctrico del Metro es "enllave" del jefe de la PN

 

 

Buenos días…

Los dominicanos no son bobos, señor presidente Luis Abinader. Aquí ya nadie se chupa los dedos ni se cree el viejo cuento de los espejitos. Este pueblo está más despierto de lo que usted y su gobierno creen.

Ha caído como una patada al hígado la decisión de la jueza que premió al empresario Antonio Espaillat y a su hermana, a pesar de estar imputados por la tragedia de la discoteca Jet Set.

Pero seamos claros: no fue sorpresa para nadie. Desde el principio dijimos que a ese señor no le pasará nada. Está blindado. Todo esto ha sido un circo mal montado para justificar lo injustificable.

¿Medidas de coerción? ¡Por favor! Una garantía económica, impedimento de salida y presentación periódica… Eso no es justicia, eso es una burla nacional, un premio descarado para quien, por su irresponsabilidad, carga con una tragedia que dejó 236 muertos y más de 189 heridos. Decenas de niños quedaron huérfanos, familias destrozadas, y un país con el alma en pena.

Y para que no queden dudas de quién manda, desde que el abogado del presidente fue «resignado» como defensor de Antonio Espaillat, ya se sabía el final de esta película. Todo esto, con un expediente declarado “complejo”. ¡Ave María Purísima!

Pero agárrense bien: uno de los presos por robar materiales eléctricos —alambres de cobre— de la construcción de la extensión de la línea 2 del Metro es «enllave» del jefe de la Policía Nacional, Ramón A. Guzmán Peralta.

Sí, como lo leen. Una fuente del propio despacho de Guzmán Peralta lo reveló a ¡Cógelo, Picante!, y señaló con nombre y apellido al sujeto: Alejandro Rondón Acosta (a) Jando, el mismo a quien la PN le vendió las chatarras del Canódromo, sin licitación.

¡Atención, presidente Donald Trump! El cobre robado del Metro de Los Alcarrizos tenía como destino final a China. Aquí no se está robando por hambre, se está robando en plan industrial.

El jefe policial Guzmán Peralta tiene que dar explicaciones públicas. Y el presidente Abinader tiene que actuar de inmediato. Esto no es un relajo: la seguridad nacional no es una chercha, y este escándalo está afectando intereses del Estado dominicano.

¿O es que también Guzmán Peralta está protegido desde arriba? Tal y como él mismo lo ha proclamado. Nuestra fuente fue clara: “Jando” anda alardeando de su amistad con el jefe de la PN. ¿Y así es que se combate el crimen? ¡Abra los ojos, presidente!

Y mientras tanto, el país se cae a pedazos. El caos del tránsito es el pan nuestro de cada día. La DIGESETT no está resolviendo nada: solo vive cazando motores y fiscalizando carros, como si eso fuera solución. El desorden en los elevados y túneles es total, y los vehículos pesados andan como chivos sin ley, sembrando terror en calles y avenidas.

Aquí no se puede improvisar. Mucho menos en temas de seguridad. Pero eso parece que no lo entienden.

El país está al garete. La inseguridad nos arropa. El desorden es total. Y mientras tanto, el “cambio” que prometió el PRM no llegó con menudo. Lo que ha traído es desesperación.

¡Por Dios! ¿Dónde está la prosperidad prometida? ¿Dónde está el cambio? Porque lo que vemos es un pueblo que se está tragando un cable… ¡Cógelo, Picante!

 

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