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¡Suena la campana! Quieren sepultar la denuncia de ADOCCO bajo los escombros del caso INTRANT

¡Cógelo, Picante! Las cámaras de la “reforma policial” no grabaron las ejecuciones de Sabana Perdida, pero los agentes sí se llevaron las que sí lo hicieron... y hasta celulares. ¡Qué casualidad!

Buenos días…

Nos llega una de esas informaciones que parecen sacadas de una novela de realismo tropical: el señor José Luis Actis, aún hoy, seguiría jugando doble carta: “asesor” de Punta Catalina y a la vez “gerente general” de Edesur. ¿Cómo se llama esa obra? ¿Magia ejecutiva? No lo afirmamos, pero tampoco lo descartamos. En este país, donde el “¡cambio!” transforma lo malo en “ineficiencia administrativa”, ya no sorprende nada.

Y hablando de cambio…

¡Sonó la campana!

Luego de que ADOCCO (Alianza Dominicana Contra la Corrupción) pidiera auditorías en tres ministerios y siete instituciones más, en una oficina del Palacio Nacional se armó un corre-corre de los buenos.

“¡Eso hay que callarlo!”, gritó alguien con voz temblorosa. Y acto seguido, salió la orden de activar el caso INTRANT, pero con condiciones. Que caigan los pececitos, pero ni se acerquen a Milton Morrison ni al abogado Jorge Luis Polanco. Esos son de la cuadra sagrada del presidente Abinader. Intocables.

¿Es cierta esta versión? Nadie lo puede asegurar… pero tampoco se puede ignorar que, justo después, arrancaron los allanamientos como si estuvieran siguiendo un guión. Yeni Berenice al frente, con su habitual despliegue de poder. Como nos lo contaron, así lo decimos.

Desde noviembre de 2021, cuando el presidente Abinader dio luz verde a la Policía Nacional para “enfrentar la delincuencia donde sea y como sea”, muchos han caído. Pero ahora, más que nunca, se respira miedo. La inseguridad se ha convertido en el pan nuestro de cada día. Y lo que es peor: ya nadie sabe si el que viene en la patrulla es quien protege… o ejecuta.

Defensores de derechos humanos —los pocos que no se han tragado la lengua— sostienen que esa «zafra» se ha llevado a muchos que antes fueron útiles, muy útiles. Algunos sirvieron para extorsionar, otros para ejecutar encargos. Pero cuando se convirtieron en riesgos, les apagaron la voz. Para siempre. No fuera que hablaran de más.

Y si quiere una prueba, ahí está el caso de John Bryan Rosario Lanoy, alias “Bryan”, ejecutado en Santo Domingo Norte. Dijeron que era cabecilla de Los Panchos. ¡Mentira! Ese joven no era ningún Robin Hood del crimen, era pieza clave en una red de microtráfico, protegido por altos mandos. Su crimen se produjo luego que fuera acusado de filtrar un audio incómodo, donde se resaltaba un «negocio» entre un enemigo y un sargento, que luego fue premiado con ascenso.  Faraona, investigue eso, si de verdad quiere que la palabra «reforma» tenga sentido.

Y el colmo de los colmos fue el tiroteo del jueves pasado en Sabana Perdida. No hay video del hecho, claro, porque —oh, casualidad— las cámaras de la “reforma policial” estaban apagadas. Pero sí se llevaron los celulares de vecinos y las grabaciones de cámaras privadas. ¿Por qué? Porque ahí no hubo enfrentamiento. Fue una ejecución. Punto. La gente lo dice sin miedo. ¿Y en ese caso, quiénes eran los verdaderos delincuentes?

La mordaza ya no es ley escrita, pero se aplica con toda la fuerza. Ahora son los pájaros que le disparan a las escopetas, pues los delincuentes y sus cómplices atacan a periodistas, medios y voces críticas. ¿Democracia? A veces, solo de nombre.

Ya nos estamos preparando para el próximo show. ¿Demandarán a Huchi Lora por decir que el PRM está «coronado» como el partido con más narcos en sus filas?

La gente si le gusta indagar, como si fueran agentes del DNI. Insisten en saber cuál es el senador del PRM, que fue deportado de Nueva York y que tenía varios puntos de droga en el Alto Manhattan. Prometemos, siguiéndole los pasos al presidente Abinader, que le daremos un «colita» haber si pueden acertar.

Y nos escribe un lector indignado: “El jefe de la Policía no sabe hablar ni leer… y mentir, menos. Manda a decir por medio de su vocero, que estaban persiguiendo a un sospechoso, que tras caer en un «enfrentamiento», ni siquiera pudieron identificarlo. ¿Cómo matas a alguien que no puedes ni nombrar?” Reforma policial, versión relajo nacional.

Mientras tanto, al productor artístico Aquiles Jiménez lo tienen en la mira. ¿Su crimen? Criticar al gobierno. ¡Qué caro sale decir la verdad!

Hasta la próxima entrega. Hoy, el equipo de ¡Cógelo, Picante! sale para Capotillo. Vamos a la calle, donde sí se sabe quién es quién.

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