Audio: La angustia injusta de los homosexuales
REFLEXIONES...

AYUDAME A SALVAR UNA VIDA
Hola, amigos, ¿qué tal? Merhaba, arkadaslar, ¿nasilsiniz?
En más de una ocasión me he referido a la homosexualidad, sin embargo, dada la angustia que ha estado viviendo un gran chico que llevo tiempo apoyando en este proceso de trabajar su identidad sexual, me he sentido motivado desde hace algunos meses a referirme a este tema, pero tuve que esperar la inspiración del Espíritu Santo para llevar a todos ustedes esta reflexión.
Compartir la intimidad de quien está pasando por esta realidad, guardando un silencio explosivo que tiene que callar por los tantos temores de enfrentar a sus padres, hermanos, familiares, amigos, Iglesia, comunidad, compañeros de trabajo, incluso así mismo, teniendo que mostrar su rostro al mismo Dios, es el camino que todo ser humano con esta realidad tiene que atravesar.
Pero… ¿por qué tan difícil?, ¿hasta cuándo vamos a estar lidiando con esta situación? ¿Cuándo vamos a aprender a ver con normalidad y acoger con amor a quienes sencillamente Dios ha creado así?
Las etapas por las que una persona atraviesa al definir su homosexualidad generalmente incluyen una fase de confusión inicial, donde se empieza a ser consciente de la atracción hacia personas del mismo sexo. Este proceso de autodescubrimiento puede variar en duración y no tiene una edad específica. La aceptación y la autoidentificación son pasos cruciales. La experiencia personal de cada individuo es única y puede implicar diferentes ritmos y formas de procesar esta información sobre sí mismo, es aquí donde hemos perdido adolescentes que se han suicidado, sin llegar a entender la razón.
Si tu hijo o hija te revela que es gay, homosexual, lesbiana, es muy probable que haya estado pasando por esta crisis de identidad por meses o quizás años, de ser así trate de comprender a su hijo.
Me contaba un adolescente una vez que, cuando comunicó esto a sus padres, le respondieron, ¿y cuál es el problema mi hijo?, ¿necesitas alguna ayuda?, nosotros lo que queremos es que tu seas feliz, y se generó a partir de ahí un diálogo abierto y sincero que los unió más como familia.
No podemos olvidar que el llegar a darse cuenta de una atracción por el mismo sexo o una identidad de género diferente, causa conflicto emocional. Esto incluye el preocuparse por no ser heterosexual, confusión, ansiedad y el ignorar sus propios sentimientos. Este conflicto interno a menudo conduce a intentos de comportamiento heterosexual (es decir, «pasar»). A veces las personas intentan «superar» su sexualidad o identidad de género, particularmente si temen ser condenados por su fe.
Suelen encontrarse «en el clóset» durante esta etapa, la cual se refiere a esconder su identidad de los demás. Sin embargo, muchos buscan información en línea o a por medio de libros o amigos. Es posible que esta etapa se mantenga en privado hasta que el individuo desarrolle su independencia en la edad adulta joven.
El primer paso en esta etapa es compartir la identidad de uno mismo con un amigo cercano o miembro de la familia. Una acogida positiva puede conducir a una mayor autoestima y autoaceptación. En particular, la forma en que los padres responden cuando sus hijos(as) salen del clóset, moldeará profundamente el resto de sus vidas. Con el tiempo, la revelación se extiende a más personas.
Si logramos una socialización y auto identificación positivas, le haremos sentirse bien consigo mismo viéndose fortalecido por la validación, experimentando incluso una sensación de paz y plenitud, importantes para su salud mental, al darse cuenta de que la atracción por el mismo sexo y las relaciones, son una expresión normal y saludable del amor humano.
Debe existir una actitud receptiva, no defensiva, en cuanto a la orientación sexual o la identidad de género, hay quienes optan por proclamar abiertamente su sexualidad o cambio de género a los demás como una forma de poner fin a la invisibilidad de ser gay o transgénero, otros son discretamente francos, sin anunciar, pero sin ocultar su orientación sexual o identidad de género.
Las relaciones afirmativas, la familia, los amigos y sobre todo las comunidades de fe, cuando se es religioso, influyen grandemente en la capacidad de la persona para que se integre y se acepte a sí mismocon plenitud, acabando con el dolor del secreto y el aislamiento.
Víctor Martinez, como educador, psicólogo, religioso, que ha sido, ha pensado siempre que, debemos asumir una actitud de respeto, cariño y acogida, pues así contribuimos con lasalud emocional, física y espiritual, de ellos.
Nos dice el Señor en Romanos 14 y 15, que aceptemos al que es débil en la fe, pero no para juzgarsus opiniones, ni sus acciones, sino para acogerlo, comprenderlo, es esta la razón por la que nos insiste en que nos aceptemos los unos a los otros, como también Cristo nos aceptó para gloria de Dios.
Gracias a nuestro hermano Eder Martinez por hacer posible que este mensaje llegue hasta todos ustedes.
Hasta la próxima.



