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Audio-Salmo 6: Oración en momentos de angustia

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  AYUDAME A SALVAR UNA VIDA  

 

 

Hola, amigos, ¿qué tal? Merhaba, arkadaslar, ¿nasilsiniz?

El Salmo 6, es una oración de profunda angustia y lamento. El salmo es atribuido a David y se clasifica como uno de los salmos penitenciales. Expresa súplicas a Dios por compasión y sanación ante la enfermedad y la debilidad.

El salmo refleja un sentimiento de desesperación, pidiendo a Dios que no reprenda ni castigue al salmista en su ira, sino que le devuelva la salud. Es una expresión de la fragilidad humana y la necesidad de la misericordia divina.

En momentos de enfermedad, estos salmos y oraciones no solo nos invitan a establecer una conexión más profunda con Dios, sino que también ofrecen un consuelo y fortaleza inquebrantables. Nos recuerdan que, incluso en las horas más oscuras, la curación y la paz se pueden encontrar en la presencia reconfortante del Señor. Dice así:

“Señor, no me reprendas en tu enojo, no me castigues en tu furor.

Señor, ten compasión de mí, pues me siento sin fuerzas. Señor, devuélveme la salud, pues todo el cuerpo me tiembla. ¡Estoy temblando de miedo! Y tú, Señor, ¿cuándo vendrás?

Ven, Señor, ¡salva mi vida!, ¡sálvame, por tu amor! Nadie que esté muerto puede acordarse de ti; ¿quién podrá alabarte en el sepulcro?

Estoy cansado de llorar. Noche tras noche lloro tanto que inundo de lágrimas mi almohada. El dolor me nubla la vista; ¡se me nubla por culpa de mis enemigos!

¡Apártense de mí, malhechores, que el Señor ha escuchado mis sollozos! El Señor ha escuchado mis ruegos, ¡el Señor ha aceptado mi oración!

Mis enemigos, muertos de miedo, quedarán en ridículo; ¡en un abrir y cerrar de ojos huirán avergonzados!”

Víctor Martínez te invita hoy a orar por salud:

Señor mi Dios, gracias porque tú conoces mi corazón. Tú sabes lo que he hecho bien y lo que no. Gracias porque aun así me amas y me escuchas porque eres un Dios lleno de compasión. Perdona mis pecados, sáname Señor.

Te pido que te compadezcas de mí en este momento y me concedas la salud que necesito. Confórtame, mi Dios, y alienta mi corazón. Gracias porque siempre escuchas mis oraciones y sé que me contestarás conforme a tu voluntad. En ti confío hoy y por siempre, Padre amado. Amén.

Bendice Señor a nuestro exalumno muy agradecido y toda su familia, por hacer posible que estos salmos de los lunes, para iniciar la semana, lleguen con tanto amor a todos nosotros.

Hasta la próxima.

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