La naturaleza golpea a Texas
Por Augusto Álvarez
Mientras la administración del presidente Donald Trump centra su atención en conflictos bélicos, en Texas la naturaleza ha cobrado un alto precio.
El desbordamiento del río Guadalupe ha arrasado comunidades, dejando al menos 118 personas fallecidas, entre ellas niños en campamentos de verano. Una cifra que, lamentablemente, sigue en aumento.
Las imágenes del desastre son estremecedoras: familias atrapadas, padres clamando por ayuda sin poder salvar a sus hijos o a los ancianos.
Ante esa tragedia humana, optamos por expresar nuestra más profunda solidaridad con un pueblo valeroso, por encima de las controversias que genera su gobierno.
Este desastre nos recuerda la urgencia de priorizar los problemas internos en Estados Unidos.
Las encuestas previas a la elección de Trump lo mostraban como favorito frente a los demócratas, pero hoy, tras múltiples controversias y el manejo de crisis como esta, la tendencia parece haberse invertido.
La tragedia en Texas evoca la memoria del huracán Katrina y el gesto solidario del presidente Hugo Chávez, quien, pese a las tensiones políticas, tendió la mano al pueblo estadounidense.
Hoy, una vez más, nuestra solidaridad está con las víctimas. Y hacemos un llamado urgente a reforzar los esfuerzos de rescate, asistencia humanitaria y reconstrucción. Porque ante el dolor, lo primero debe ser siempre salvar vidas inocentes.
