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La Defensoría del Pueblo… ¿acéfala?

Si el incumbente brilla por su ausencia en los momentos difíciles de la población… entonces, ¿cuál es su rol ante la sociedad?

 

Sin lugar a dudas, el Defensor del Pueblo, Pablo Ulloa, ha mostrado un desempeño pobre al frente de una institución que debería ser la voz y el escudo de la sociedad dominicana.

Aunque parezca increíble, muchos ciudadanos se preguntan si la Defensoría del Pueblo aún existe, porque no suena, no aparece y no actúa. Hoy luce como una entidad acéfala, sin liderazgo ni rostro que responda por la defensa de la gente.

Casos en los que el Defensor del Pueblo ha brillado por su ausencia:

1.- Más de 40 personas desaparecidas, y ninguna autoridad —incluida la Defensoría— ha dicho nada.

2.- Muertes atribuidas a la Policía en “intercambios de disparos”, sin reclamos de transparencia ni investigación.

3.- Abusos del DICRIM, con ciudadanos golpeados y maltratados en las calles, sin órdenes judiciales ni delitos cometidos.

4.- Explosión en San Cristóbal: 40 muertos, 12 desaparecidos y decenas de familias destrozadas… y ni una voz solidaria ni exigencia de investigación por parte del Defensor.

5.- Tragedia del Jet Ser: más de 236 muertos y cientos de heridos; frente a este dolor nacional, el Defensor asumió una actitud de indiferencia.

6.- Diálogo sobre el Código Laboral: lejos de defender a los trabajadores, propuso sustraer 5 mil millones de los fondos del IDOPRIL, debilitando la protección de la cesantía.

7.- Reforma al Código Penal: mantuvo una posición tímida y sin firmeza en defensa de los derechos fundamentales.

8.- Sistema penitenciario: no ha impulsado ni un plan de revisión para personas con medidas de coerción vencidas, presos enfermos o con sentencias cumplidas. Nada ha hecho frente a un sistema que trata a los internos como desechos humanos.

Una institución que debe servir, no esconderse

La Defensoría del Pueblo tiene rango constitucional y la misión de salvaguardar los derechos humanos y fundamentales de los ciudadanos. Pero hoy, más que defensor, parece un espectador indiferente.

Pablo Ulloa

Por demostrada incapacidad —o por irresponsabilidad—, el señor Pablo Ulloa debería renunciar a la Defensoría del Pueblo. El país necesita una voz firme, no un eco apagado.

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