Las sospechas legítimas bordean al CDP
Por Augusto Álvarez
Una vez, inmediatamente después de la caída del trujillato, escuchamos un merengue que decía: “Ay mamá buena, qué trompo tan embrollo, lo regulan y lo tiran, pero siempre cae parao”.
Algún parecido con el Colegio Dominicano de Periodistas (CDP) podría ser pura coincidencia… o fruto de la imaginación del autor.
Lo cierto es que lo que hoy luce como una crisis en el gremio —crisis provocada por quienes buscan perpetuarse en la dirección— se entiende mejor mirando por el retrovisor. Y aunque las “sospechas legítimas” son un recurso de los abogados, a veces sirven para interpretar lo que quiso decir el legislador.
La honorabilidad de la justicia hará trizas a quienes pretenden convertirse en sepultureros de la casa de los periodistas.
A esos colegas (nada personal): si las lágrimas son hondas, comiencen a llorar temprano. Porque tal y como visualizamos el escenario… váyanse en paz.
