Pinocho y su ejército, el polvo blanco y la sed del pueblo

Buenos días…

Por dondequiera se oye un solo grito: “¡Agua, por Dios!”. Y mientras el pueblo se seca la garganta pidiendo lo más básico, Pinocho y su ejército de mentirosos andan campantes en República Dominicana.

Pero la cosa no queda ahí… Nos dijo un alto oficial del Ejército, con nombre y apellido que nos reservamos, que la matanza de civiles disfrazada de “intercambios” no es casualidad. Según él, es una estrategia para tapar la inseguridad real que está devorando al país… y, más grave todavía, para encubrir los escándalos de corrupción dentro de la misma Policía Nacional. ¡Qué vergüenza!

Y entre palabra y palabra, soltó otra bomba: el microtráfico está desbordado y, si Donald Trump no mete mano, este país podría convertirse en el paraíso caribeño del narcotráfico.

Y remató con una advertencia peligrosa: “Todos los que combaten el polvo blanco, o se callan, o que se vayan del país”. ¡Waooo!

Le preguntamos por la denuncia del coronel Morales Herrero y fue directo al cuello: “El presidente Abinader debió cancelar o poner en retiro a todos los involucrados en ese lío. El asunto es más grande de lo que dice el denunciante… y ese mismo denunciante debería estar preso”.  ¡Ay, papá!

Todo esto no es nuevo, pero sí más descarado. Lo del coronel Descartes Pérez en los 78 y 79 -primer “zar” antidrogas acusado de robarse las incautaciones- fue un juego de niños comparado con lo que hoy pasa, con complicidad y omisión desde los altares del poder. En el pasado gobierno hubo preso y condenados por el robo de cocaína. El Ministerio Público estuvo muy activo. Cumplió con su misión.

Mientras tanto, el detective y comunicador Ángel Martínez debe estar muerto de risa, porque todo lo que advirtió está ocurriendo al pie de la letra. Con una excepción, su único error, sus comentarios sobre los videos falsos de Faride Raful. Esos videos fueron hechos con inteligencia artificial y, como dijo este medio, la vida privada de nadie nos importa. Aquí no se aplaude la difamación, aunque sí se denuncien los abusos de poder.

Y hablando de abusos, los brecheros telefónicos siguen intentando colarse hasta en los teléfonos del editor de RI… pero parece que la señal les da “fuera de cobertura” al privado.

La frase “A Dios rogando y con el mazo dando” le calza perfecto al actual director de la Policía Nacional, Ramón A. Guzmán Peralta, a quien el rango de “Mayor General” le queda más grande que la gorra. Montó una Dirección de Derechos Humanos que solo sirve para acomodar allegados, porque la PN sigue ejecutando gente como en los 12 años sangrientos del balaguerato, mientras un Ministerio Público “independiente” mira para otro lado.

Por si fuera poco, Guzmán Peralta, sabiendo que sus días están contados, desmantela secciones Asuntos Internos, que él mismo creó, y crea otros organismos como si quisiera dejar bombas de tiempo. ¡Aquí hay gatos entre macutos, y huelen a azufre! Presidente Abinader, Faride Raful, abran los ojos.

Y en medio de este desorden, el secretario de Organización del PRM, Deligne Ascención, sale diciendo que en cinco años, su gobierno ha construido más obras que en 16 años de Leonel y Danilo. ¿Incluye en esa lista los polideportivos de otros gobiernos que solo repintaron e inauguraron como nuevos?

Si aquí hubiera una Cámara de Cuentas de verdad, ya estaría auditando su gestión en Obras Públicas. Porque lo que se dice de ahí da pánico… y huele peor que el malecón después de un aguacero.

Ese señor, Deligne Ascención, debe dejar de soñar despierto y ponerse los pies en la tierra, porque el país no vive de cuentos ni de cifras infladas, sino de realidades… y las realidades hoy como que apestan a corrupción.