Recordar es vivir… lo que planearon en el 78

En las elecciones de 1978, cuando el pueblo decidió poner fin a los gobiernos de Joaquín Balaguer, ocurrieron hechos trascendentales, muchos de ellos aún poco conocidos por la mayoría de los dominicanos.
Uno de esos episodios me lo narró un testigo excepcional.
Los altos mandos militares de la época -Neit Rafael Nivar Seijas, jefe de la Policía Nacional; Juan René Beauchamp Javier, secretario de las Fuerzas Armadas; Francisco Javier Rivera Caminero, jefe de Estado Mayor de la Marina de Guerra, y Marcos Jorge Moreno, jefe de Estado Mayor del Ejército Nacional- habían decidido dar un golpe de Estado para impedir la juramentación de don Antonio Guzmán Fernández, legítimo ganador de las elecciones.
El plan dependía de la aprobación del mayor general Enrique Pérez y Pérez, jefe de la primera brigada del Ejército Nacional. Pero al recibir la propuesta respondió con firmeza: “Yo no doy golpe de Estado a mi gobierno”.
Con esas palabras, los planes golpistas se desplomaron. De haberse concretado, el país habría caído en una crisis profunda: guerra civil, represión sangrienta e incluso una posible intervención militar de Estados Unidos.
Tras conocerse la derrota, Joaquín Balaguer pronunció un discurso histórico, en el que lanzó una de sus frases más recordadas: “Lloran como mujeres lo que no supieron defender como hombres”.
Esa transición obligó a muchos balagueristas a buscar espacio en el próximo gobierno. Tal fue el caso de Frank Cabral, quien llegó a filtrar informaciones valiosas a Jacobo Majluta. Detectado, tuvo que salir al exilio en Venezuela, donde fue acogido por Felipe Álvarez y Juan Gómez, cercanos al doctor José Francisco Peña Gómez.
Siete meses después, gracias a las gestiones de Caonabo Fernández Naranjo, entonces procurador general de la República, Frank Cabral logró regresar al país, esta vez para “colaborar” con el gobierno del PRD.
Estos hechos forman parte de esas páginas de nuestra historia que nunca deben olvidarse, porque recordar es vivir… y también aprender.