Sin depuración no hay reforma… y los altos mandos son una vergüenza

Buenos días..

Un oficial retirado de la Policía Nacional, radicado en Boston, nos envió un contundente mensaje sin medias tintas: “Los altos mandos policiales son una vergüenza y están corrompidos”.

Su declaración apunta directamente a la cúpula de mando, denunciando una crisis de integridad que -según é- mancha la imagen y la misión de la institución. Y nosotros, estamos de acuerdo.

Asegura que la situación actual de la institución es triste y preocupante. Que los generales y coroneles que hoy posan como guardianes del orden, no tienen calidad moral para sancionar a nadie. Pero no son todos.

Su receta para una verdadera reforma policial es clara: depurar a todos los oficiales generales, coroneles, tenientes coroneles y mayores… y barrer también a sus asistentes y colaboradores.

Sin esa limpieza, advierte, la “reforma” de Luis Abinader es puro allante, un producto de ficción que solo existe en la mente de sus promotores.

Y empezó a pasar lista:

• Santiago: el general que sueña con ser jefe de la PN, cuando era capitán, de servicio en Cotuí, se metió en un lío con unos vehículos… y no precisamente para devolvérselos a sus dueños. 

• Barahona: bajo su mando, dos escándalos de drogas y un caso de una pistola “extraviada” que apareció en manos de un delincuente. Por ese último caso, fue investigado y suspendido. Se autoproclama como próximo director general de la PN y ya tiene seleccionado su posible «gabinete».

• Inspector General: involucrado en irregularidades millonarias en el Hospital de la PN. Expediente en mano. Y es promovido por José Abinader, hermano del jefe de Estado.

• Subdirector General: entregó armas ilegalmente a oficiales en retiro forzoso, violando la ley, y nunca ha explicado por qué lo botaron de Cemento Cibao. Expediente en mano. Es promovido por una hermana del presidente Abinader.

• Guzmán Peralta: su historial no es negro… es tenebroso. Lo que hizo en la DIGESETT fue espantoso. Tiene expediente por violencia de género y un desfalco documentado de más de 421 millones de pesos en la DIGESETT. Además, se ha hecho supermillonario de la noche a la mañana.

• Otro aspirante a jefe: expediente por robo de combustibles. Su caso está en el Palacio de Justicia de Ciudad Nueva. Además, cuenta en su historial con otras cositas, negativas para su salud.

• Otro más: investigado por drogas. En la DIGESETT fue un fiasco. Es una vergüenza para la PN.

• La Vega: siendo director de la PN, tapó un tiroteo en un punto de drogas, disfrazándolo de “conflicto social” para proteger a un criminal que fue su chofer y era el jefe de ese punto. Pero, además, dejó un escenario feo en el IPE, donde se dice dispuso de lo que no era de él. Expediente en manos. Y aspira a la jefatura. Promovido por Andrés Bautista, ministro Administrativo de la Presidencia. ¡Qué vergüenza!

Con todos estos antecedentes, pregunta el oficial retirado: ¿y así hablan de transparencia? ¿Y dónde está la reforma?

Ejecutar a un joven de 18 años y decir que tenía cuatro fichas… o es un embuste, o el culpable es el Ministerio Público.

Mientras tanto, el PLD se sigue desintegrando con renuncias, y en el PRM también hay descontento y dirigentes que tiran la toalla.

¿Y la respuesta del director del Servicio Nacional de Salud a los reclamos de las enfermeras que protestan? Un contingente policial. Como en los tiempos sangrientos de Balaguer.

El mensaje final es para el presidente Abinader: Si quiere limpiar la PN, nombre un jefe con experiencia, sin pecado, sin cola… y con el pulso firme para imponer disciplina. Llámese como se llame. Pero con esas características. Búsquelo y lo encontrará.

Hoy, ninguno de los cinco principales mandos de la Policía tiene calidad moral para hablar de transparencia. Eso lo decimos nosotros y al que le pique, que se rasque.