A Frener Bello le regalaban los pitos… ¡ahora en la Digesett quieren comprarlos!
¡Cógelo, Picante! La importación de arroz está enterrando viva a la producción nacional, y en el Nordeste hay un griterío colectivo: “¡Nos llevan a la quiebra, al desastre total!”

Buenos días…
Aquí en todo estamos echando pa’ atrás. Supimos que la DIGESETT pretende invertir seis millones de pesos en la compra de pitos, sí, esos mismos que usan los agentes para llamar la atención o dar advertencias.
Pero como recordar es vivir: en la gestión del mayor general retirado Frener Bello Arias, esos pitos fueron donados por organismos internacionales que confiaban en su trabajo.
Y ojo con esto: la gestión de Bello Arias redujo los accidentes y muertes por tránsito en más de un 20%, puso en marcha corredores viales que funcionaron, puso en orden y garantizó la seguridad en túneles y elevados con su famoso equipo “Águilas”… y lo que hoy es un relajo, en su tiempo fue orden. Ahora, motoristas por túneles y elevados es el pan de cada día.
Hablamos con el propio Bello Arias y nos confirmó: “fueron tantos los pitos donados, que todos los agentes tenían y hasta dejamos en almacén”.
Por eso siempre insistimos: su gestión marcó un antes y un después. No dejó irregularidades, no se robó un peso de combustible, acabó con privilegios y aumentó incentivos a rasos y coroneles. Dejó huellas imborrables.
¿Y qué pasó después? Llegó José Ernesto Rodríguez García, el eterno aspirante a director general de la PN, y tumbó lo avanzado: liquidó al equipo Águilas, devolvió el desorden a túneles y elevados, el caos volvió al Parque La Fuente y hasta hubo un incendio en el Centro de Cómputos.
Para rematar, el hoy director de la DIGESETT, Pascual Cruz Méndez, estuvo en esa gestión y salió en “bola de humo”. ¿Por qué lo sacaron? El país merece la explicación.
La realidad es dura: las últimas cuatro gestiones de la DIGESETT, incluidas las tres bajo Abinader, han sido una vergüenza nacional. Nada que mostrar. La actual intenta fotocopiar cositas de Bello Arias, pero le falta carácter, firmeza y capacidad gerencial.
Mientras tanto, el tránsito sigue siendo un caos sin solución. En la semana, los agentes brillan por su ausencia y los fines de semana, aparecen en manada, persiguiendo y fiscalizando motoristas, como si fueran una “plaga” —tal como los calificaron en campaña— y ahora lo están confirmando.
En el Nordeste hay un griterío de productores de arroz… ¡y con razón! Dicen van camino a la quiebra total. Según ellos, al gobierno de Luis Abinader y el PRM no le importa el arroz que se produce en los campos dominicanos, sino el que importan “algunos” funcionarios y amigos del poder.
Dicen que más de 30 mil familias son víctimas de esas importaciones, con pérdidas millonarias. ¡Ay, Dios! Aquí también el famoso “cambio” llegó sin menudo, de reversa y con olor a desastre. Por cierto, el arroz está más caro que nunca.
Presidente Abinader: cada día a la redacción de RI llegan quejas por la escasez de agua. ¿Será que el calor también provoca que desaparezca el preciado líquido?
Mientras tanto, las violaciones sexuales y las desapariciones siguen subiendo como espuma, y de los asaltos… mejor ni hablar, porque esos ya son parte del menú diario.
A ¡Cógelo, Picante! le encantaría publicar un listado de obras construidas e inauguradas por el gobierno en las 31 provincias y el Distrito Nacional. Sería un sueño, un verdadero paraíso en el Caribe… pero hasta ahora eso es puro cuento de hadas.
Entre las “grandes obras” del gobierno parece que cuentan la “reforma” policial y el salario del colombiano que dirige esa renglón. Una reforma que ha sido un barril sin fondo: mucho gasto y cero resultados. Ojalá los teóricos policiales del Palacio se animen a detallar cuáles son esos famosos logros de la “reforma”. ¡Ay, Dios!
Lo que sí sabemos es que hay muchos con los bolsillos llenos de dólares comprados baratos para revenderlos caros. Y pregunto: ¿el alza galopante del dólar beneficia a la pobreza o la entierra más hondo?
No somos economistas, pero investigamos, que con el dólar por las nubes, todo sube, hasta los medicamentos. Ahí sí se nota el cambio… pero en contra del pueblo.
En la provincia Santo Domingo, Faride Raful debería dar una vueltecita, ya que por donde quiera hay gritos por los apagones, la falta de agua y los asaltos. La gente dice que los delincuentes salen de cualquier esquina “con la cara tapá”.
Y hablando de tapadera: ¿y el Fideicomiso de la Policía, ya se enteró? Los propios policías —incluyendo oficiales de todos los rangos— denuncian una mafia con el combustible de la institución. ¿Dónde están Ética y Transparencia Gubernamental, la Procuraduría Anticorrupción y la ministra de Interior y Policía? ¿No se han enterado de ese escándalo? Eso es una vergüenza, y hay que investigarlo.
Parece, y sobran ejemplos, que para el actual Ministerio Público, el independiente, los casos de acción pública quedaron en el pasado. En aquellos tiempos en que Yeni Berenice Reynoso se empantalonaba y los corruptos no dormían tranquilos.
El juez de Ejecución de la Pena de La Vega no se anduvo con rodeos: la exdiputada Rosa Amalia Pilarte deberá dejar la política y enfrentar la realidad carcelaria, cumpliendo sus cinco años de condena, o al menos la mitad, en el Centro de Corrección y Rehabilitación Rafey Mujeres, en Santiago. De los aplausos en el Congreso, ahora pasará a escuchar rejas cerrarse detrás de ella. Ahora una cosa dice el juez y otra los «administradores» de justicia. A buen entendedor, pocas palabras bastan.