Con la muerte del “Chucky”, otro escándalo… y el dólar por la cumbre
¡Cógelo, Picante! Las cárceles de RD están huérfanas de autoridad, y La Victoria es el ejemplo más descarado

¡Buenos días…!
La muerte del temido “Chucky” destapó otra caja de Pandora en materia de inseguridad, mientras la prima del dólar se dispara sin freno, rozando los 64 por 1. El país amanece entre escándalos, sangre y bolsillo vacío. Seguridad en el piso y economía por la nubes!
La prima del dólar sigue trepada como chivo sin ley… ¡y ya está en 63.70 x 1! Eso significa que el pueblo está jodido de punta a rabo: de aquí en adelante, todo más caro. ¿Cambio? Sí… pero pa’ atrás.
Con la seguridad no se relaja, señores. La seguridad es sagrada en cualquier país serio… pero aquí está en manos de gente cuestionada, y el resultado salta a la vista.
Dígame usted: ¿cómo es posible que a un hombre condenado a 10 años de prisión, sin cumplir ni la mitad, lo suelten como si nada? ¿Cuánto costó la libertad de José Eduardo Ciprián Lebrón, alias “Chucky”? ¿O fue por obra y gracias del Espíritu Santo?
Ese mismo “Chucky” fue condenado en diciembre de 2022 a 10 años, y en vez de estar entre rejas, andaba suelto en la calle como Pedro por su casa, cometiendo fechorías. Hasta que en medio de un tiroteo… ¡Bang!; ¡Pam, pam! Le dieron pa’ bajo.
Aquí pasa de todo, y las autoridades callan como si nada:
- Los presos son los que mandan en las cárceles. Son ley, batuta y constitución.
- Condenados que no han cumplido la pena salen libres por arte de magia.
- Un recluso se escapa haciendo un hoyo en el piso de un autobús… al otro día mata a una persona. ¿Y las autoridades? Silencio.
- Dos presos, uno por drogas y otro por sicariato, se retratan en saco y corbata con el jefe de seguridad de la cárcel, un coronel de la PN. Se arma el escándalo… ¿y qué pasa? Nada.
Este país parece un relajo. Así no hay quien viva.
La gran pregunta: ¿quién falla? ¿El Poder Judicial o el Ministerio Público? Porque lo que hay es un Código Procesal Penal hecho a la medida de los delincuentes.
Y como si fuera poco, ahora Participación Ciudadana quiere meterse a “reformar” la cultura electoral y los partidos. Dicen por ahí, que buscan abrirle camino político a la minoría haitiana en RD. ¡Ave María Purísima! ¡Ojo con eso! El pueblo no es bobo, y quien juegue con la soberanía se busca que lo declaren traidor a la patria.
Aclaremos algo: la ministra Faride Raful no tiene culpa de que jueces blandengues suelten criminales, ni de que en los barrios se arme a tiros con delincuentes que supuestamente estaban presos. El lío no es de ella. El lío es del sistema penitenciario podrido, y ese monstruo lo maneja la Procuraduría.
¿O es que alguien va a negar que en La Victoria el verdadero negocio sea dejar entrar de todo, extorsionar internos y golpear a quienes no pagan peaje? ¿Seguridad de qué, coronel Rosa Pichardo? ¿Seguridad para quién?
Presidente Abinader: mire esa foto. Dos presos delincuentes retratados en el despacho del jefe de seguridad de La Victoria. ¡Un espectáculo bochornoso! ¿Y qué hicieron las autoridades? Absolutamente nada.

Pues bien, señor presidente: ya es hora de limpiar la casa. Que haya sanciones, traslados y consecuencias. Barra desde los altos mandos policiales hasta la Dirección de Prisiones. Eso es una verguenza nacional. ¿Y dónde está la autoridad?
Ojalá, presidente, no sea demasiado tarde cuando usted abra los ojos. Porque este país va de cabeza, siguiendo los pasos de Haití.