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Hay un hedor a guerra global… y sería devastador

¡Cógelo, Picante! Ojo con la frontera, presidente: de frente y sin politiquería. Los problemas de la RD están ahogando a la población.

Buenos días.

¡Cógelo, Picante!El mundo huele a pólvora. El escenario parece estar preparando el terreno para una Tercera Guerra Mundial —y eso no sería un conflicto cualquiera: hablamos de riesgo nuclear, de una catástrofe de proporciones humanas inimaginables.

Sólo el liderazgo responsable de los poderosos -Donald Trump, Vladimir Putin y Xi Jinping- puede, hoy por hoy, frenar ese desastre.

Es hora de que el presidente estadounidense convoque a una cumbre abierta, seria y con testigos, donde participen como protagonistas, el propio Trump, Putin y Zelenski, en una misma mesa, para buscar una salida negociada al conflicto ruso-ucraniano. ¡Basta de sabotajes diplomáticos que empujan al planeta al abismo!

Si los agitadores europeos y la OTAN siguen boicoteando cualquier intento real de diálogo, no sólo Ucrania sufrirá, pagarán también los países que desafían el poder ruso. Eso no es teoría, sino, son consecuencias reales que se traducen en muertos, huérfanos y destrucción.

Gaza continúa sangrando sin solución a la vista. El criminalismo de un Estado que no respeta ni a los niños ni a las mujeres exige una condena clara y acciones que cuenten.

Benjamín Netanyahu demuestra una sed de sangre que amenaza con borrar a la población palestina. La pasividad internacional es cómplice.

Y aquí en casa, presidente Luis Abinader: ¡despiértese ya! El tema haitiano no admite más gestos tibios ni fotocopias de soluciones. Haití representa una amenaza latente para la seguridad dominicana y la respuesta no puede ser politiquería de feria. Actúe con firmeza, transparencia y sin doble cara. Sin discriminación.

No podemos tolerar que se protejan patrocinadores de bandas haitianas que operan desde territorio dominicano,  mientras anuncian decretos y gestos que solo sirven para las cámaras. No se puede declarar terrorista a un pandillero y al mismo tiempo blindar a quien le da recursos, vivienda y negocios en nuestro suelo. Eso es traición a la patria.

La frontera es un coladero, donde más del 50% de los deportados vuelven “en lo que canta un gallo”. Hay redes de dominicanos y funcionarios -sí, militares incluidos- que se enriquecen traficando personas, armas y drogas en jeepetas camufladas.

Presidente, ordene investigaciones inmediatas sobre el tráfico de armas hacia Haití y el contrabando de drogas hacia la RD. No se puede seguir permitiendo que la frontera sea una autopista del crimen.

En el distrito municipal de San Luis, la gente grita con razón, pues la delincuencia azota barrios enteros. Asaltos, despojos y miedo cotidiano.

En Santo Domingo Oeste -Herreras, Las Palmas y urbanizaciones cercanas- la población amenaza con estallar por los apagones y la histórica escasez de agua. Dicen que el agua solo llega para los camiones de quienes la venden a precios abusivos. ¿Patria? ¿Para quién?

La gente está desesperada. Si miras a la izquierda, ves aumentos de precios y hospitales en ruinas; a la derecha, cortes eléctricos; adelante, caos en el tránsito; atrás, inseguridad total. Parece un plan para empujar al ciudadano a un callejón sin salida. Eso es peligroso y no puede seguir así.

Ministra Faride Raful, póngase la pila. Investigue y diga la verdad sobre el destino de los combustibles en la Policía. Las denuncias de mafias internas no pueden seguir siendo rumores que se entierran. Transparencia, resultados y nombres.

Y si ese anteproyecto de nuevo código policial se aprueba a la carrera y sin consenso, prepárense… pues ya se vaticina protestas hasta dentro de la propia Policía. ¡Qué barbaridad!

Atención, Yeni Berenice: la gente quiere justicia real —nombres y apellidos— por La Barranquita. No queremos cuentos, queremos resultados. Que caiga quien tenga que caer. Y que las redes sociales sigan exponiendo lo que antes se escondía. La gente no se tragará cuentos ni paños tibios. La ciudadanía exige responsabilidad y resultados. Punto.

Esto no es un jueguito. Es la vida de la gente, la seguridad de la nación y el futuro de nuestros hijos. Presidente, ministros: decisiones claras, acciones concretas y cero complicidades. El país está al límite. Con la población no se juega.

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