Lo de la red vinculada al narco, secuestro y extorsión… ¡parece, era verdad!

Buenos días…

Lo de la operación La Barranquita, en Santiago, de que los muertos estaban vinculado a una red de narcotraficante, secuestro y extorsión, parece era cierto, pero no todos, pues cayeron inocentes.

Sin embargo, no se dijo la realidad, ni lo revelarán, del por qué de las ejecuciones… Eso tendrá que establecerlo el Ministerio Público, si les permiten entrar a esos terrenos.

Las informaciones que llegaron a ¡Cógelo, Picante! desde distintas fuentes sobre la matanza de La Barranquita son aterradoras. Ponen los pelos de punta. Y, de comprobarse, sería el escándalo más grande en el que se ha visto envuelta la Policía Nacional en muchísimos años.

Se habla de dos oficiales superiores de la DICRIM involucrados en las ejecuciones de La Barranquita, en Santiago, entre ellos un «escucha» y de dos oficiales subalternos, que ya habían sido cancelados por un escándalo de drogas en Boca Chica, donde hasta la DEA fue tumbada, y luego reintegrados, en secreto, a la Policía… en plena “reforma policial”.

Estas informaciones, aunque extraoficiales, llegaron a ¡Cógelo, Picante! de fuentes internas de la uniformada, de la Procuraduría General de la República, e incluso, de una fuente estadounidense.

Y lo que dijo un tercer informante fue lo que terminó de helarnos la sangre: habla de un tumbe de polvo blanco y de una cantidad “indeterminada” de dinero. Se menciona millones, y hasta papeletas verdes.

Pero no son solo esos cuatro oficiales. Hay varios alistados implicados en el rebú. Uno de ellos es el chofer de uno de los mayores, que viajó desde el Distrito Nacional hasta Santiago. Nos informan que ese sargento ya fue suspendido, pero su jefe sigue por ahí tan campante como Juancito “El Caminador”.

De acuerdo con la información, uno de los mayores se enteró del “tumbe” de drogas gracias a una llamada telefónica interceptada con equipos sofisticados de la DICRIM, poniéndose en comunicación, de inmediato, con otro oficial superior destacado en Santiago.

Una fuente en Santiago nos asegura que uno de los tenientes involucrados en la matanza trabaja con un reconocido artista, “hermano” de un alto mando policial, cuya identidad podríamos revelar en su momento, al igual que la de otros involucrados en ese hecho que indignó al país entero y cruzó fronteras.

La droga envuelta en el tumbe pertenecía a un poderoso y protegido narco del Cibao, quien incluso llegó a ser detenido momentáneamente, perdiendo así tanto el polvo blanco como millones en pesos y dólares.

Según una de las fuentes, los agentes actuantes no solo se quedaron con la droga incautada a la red, sino que también se apoderaron del dinero. Y ahora sí entendemos por qué tan rápido se habló de una red vinculada al narcotráfico, secuestro y extorsión, y esto ocurrió inmediatamente después de la matanza.

Pero lo más grave es que al propio director de la DICRIM, de acuerdo a lo informado, le pasaron por encima y se dice que «se enteró» de la operación cuando ya el palo estaba dado, luego de la matanza y el doble tumbe consumado. Eso nos informó una de las fuentes. Que lo sorprendieron asando batata. Y la temible procuradora Yeni Berenice Reynoso, debe investigar esta versión.

Si esta investigación llega hasta las últimas consecuencias, en la Policía habrá una explosión que podría provocar un histórico tsunami arrasando con jerarcas, y hasta estrellas caerán del firmamento.

Sin embargo, creemos que ese escándalo no se producirá porque empañaría al gobierno de Luis Abinader y dejaría muy mal parado al PRM, que parece, no tiene vela en ese entierro… aunque el “Águila” está al acecho.

Presidente Abinader, ojo con eso! La matanza de La Barranquita pinta fea, manda lejos y es más escandalosa que la matanza del 12 de Haina, sí, aquella donde mataron a dos militares y a un agente de la DNCD y donde aún no se ha dicho la verdad de lo sucedido ni de dónde partió la orden de ejecución.

Nos informaron que el mismo personaje de entonces instruyó ahora para que se llevaran, si fuese necesario, no sólo las cámaras, DVR y discos duros de los alrededores, sino, hasta las casas y edificios si fuere necesario… «pero, cuidado con dejar evidencias”. Fue la advertencia.