ONU y OEA… insignificantes para Israel; un general sueña despierto
¡Cógelo, Picante! El jefe policial en Santiago asegura que la institución respeta derechos civiles y la integridad física de los ciudadanos. ¡Pura fantasía!

Buenos días…
A Israel y a su genocida primer ministro Benjamín Netanyahu le importa un comino la condena de la ONU o de cualquier organismo internacional frente a las atrocidades que comete en Gaza.
Para Tel Aviv, lo único que pesa es lo que diga Estados Unidos y, en especial, el presidente Donald Trump, quien, para ellos, es el “rey del universo”, que quita y pone. Los demás países son, como decimos aquí, black, black y puchepluma na’ más.
La ONU, la OEA y hasta el Tribunal de La Haya dejaron hace tiempo de tener dientes. Ninguna nación poderosa, y mucho menos EE.UU., obedece sus decisiones. Para Israel, “papá Dios” está en la tierra, y hoy se llama Donald Trump.
Y ojo: solo ese “papá Dios” puede frenar una Tercera Guerra Mundial. Pero como pinta el panorama, estamos feo pa’ la foto, arrugados para el video, y un estallido global sería devastador para toda la humanidad.
¡Qué descaro! El director regional de la Policía en Santiago tuvo el tupé de declarar a periodistas que esa institución es garante de los derechos civiles y de la integridad física de los ciudadanos.
¡Wao! Pero qué payasada. Este oficial, que hoy posa de “protector de derechos”, carga sobre sus hombros la sombra de la matanza de La Barranquita, ocurrida en su jurisdicción, y que manchó de sangre, no solo a la Policía, sino al propio gobierno. Bajo su gestión, las violaciones a los derechos humanos se han multiplicado en Santiago como nunca antes.
El general Jiménez Reynoso no tiene calidad moral para hablar de respeto a la vida. Todavía está pendiente que aclare muchas cosas: ¿por qué estuvo preso en Cotuí siendo capitán? ¿Qué pasó con el expediente de los vehículos en la fiscalía de esa jurisdicción? ¿Cuál fue el destino de las motocicletas incautadas cuando servía en la DIGESETT?
No lo acusamos de esos episodios oscuros. Lo que exigimos es claridad. Explíquele al país, general, qué pasó con los jóvenes ejecutados en La Barranquita, en su territorio, donde usted es responsable de todo lo que ocurrió. Porque mientras algunos “empresarios” lo promueven para jefe de la Policía, usted se disfraza de santo, cuando las muertes de Santiago siguen gritando justicia.
Y a propósito: ¿la procuradora Yeni Berenice Reynoso ya identificó al verdugo que ordenó aquella operación? Cualquiera que conozca cómo funciona la Policía sabe que una emboscada así, con cámaras recogidas y armas sembradas a los muertos, no la planifican dos mayores. Eso salió de más arriba. Y si no se castiga a los autores intelectuales y materiales, la sangre de esas víctimas caerá sobre el PRM y el presidente Luis Abinader, igual que los muertos del 12 de Haina (dos guardias y un agente de la DNCD).
Mientras tanto, aquí abajo, el pueblo sufre abusos en todos los frentes. En Santo Domingo Este, la Edeeste juega con la paciencia de la gente: cinco apagones en unos 25 minutos, dañando electrodomésticos y dejando impotencia. ¡Un abuso intolerable!
La oposición, si de verdad existe, debería reaccionar. Porque todos estos atropellos se cometen con su silencio cómplice.
Y del lado municipal, el alcalde Dio Astacio debería dejar de figurear tanto y ponerse a trabajar. Ya anda diciendo que quiere ser presidente. ¡Qué irrespeto al país! Primero resuelva el caos de Santo Domingo Este antes de soñar con el Palacio Nacional.
Para rematar, lo del Hospital Marcelino Vélez no fue “un simple incidente”. Fue un asalto, claro y pelado, otra muestra de la inseguridad que vivimos a diario. Mientras tanto, la Policía Nacional, gracias a sus altos mandos, se ha convertido en una verdadera vergüenza nacional.