Dodgers coronan una dinastía con HR celestial de Smith y japonés convertido en leyenda
Yamamoto, el samurái inmortal: Jugador Más Valioso

Por la Redacción
TORONTO
A medianoche de un Rogers Centre en shock, el cielo canadiense se abrió con un estruendo, pues Will Smith, con cuenta de 2-0, la mandó al bullpen de los Blue Jays… y de paso firmó el acta del primer bicampeonato de las Grandes Ligas en 25 años.
Los Dodgers de Los Ángeles, con alma japonesa, corazón latino y nervios de acero, volvieron a reinar en una Serie Mundial que ya entra en la historia grande.
La historia fue un guion de Hollywood con final azul. Miguel Rojas, el venezolano que venía de ser héroe silencioso, empató en el noveno con un batazo que todavía retumba en Toronto. Y en la undécima, Smith, el catcher que nunca parpadea, cazó un slider de Shane Bieber y desató el carnaval.
5-4 final.
Noveno título para los Dodgers.
Primera dinastía del siglo XXI: tres coronas en seis años, y el primer bicampeón desde los Yankees del 2000.
Yamamoto, el samurái inmortal
Yoshinobu Yamamoto, el fenómeno japonés que llegó con un contrato de 325 millones, se ganó cada dólar.
Menos de 24 horas después de lanzar 96 pitcheos en el Juego 6, regresó al montículo como si nada, con los ojos encendidos y los músculos en modo acero.
Lanzó 2.2 entradas sin permitir carreras, apagó el fuego con las bases llenas en la novena, y terminó llevándose su tercera victoria en la serie, más el título de Jugador Más Valioso Willie Mays 2025.
Su línea final fue poesía pura:
– 3 juegos (2 aperturas)
– 17.2 innings
– 1.02 ERA
– 15 ponches
– 0.68 WHIP
El último que hizo algo así fue Randy Johnson en 2001.
Yamamoto, sin descanso, sin miedo, sin freno.
Un samurái que ya tiene un altar en Chávez Ravine.
Toronto: grande pero no campeón
Los Blue Jays jugaron con el alma. Bo Bichette la sacó con tres en base, Vladimir Guerrero Jr. dobló en el 11mo, y el mexicano Alejandro Kirk dio el batazo que casi cambia la historia. Pero al final, el guion fue cruel: una doble matanza 6-4-3 con el toque cinematográfico de Mookie Betts y la sangre fría de Smith cerró el telón.
Teoscar Hernández, dominicano de fuego, trajo la primera de sacrificio y se llevó los aplausos de su patria.
Rojas y Pagés fueron puro corazón.
Y Dave Roberts, ya sin duda, entra al debate de los managers históricos: el hombre que construyó una dinastía con disciplina y calma oriental.
Dinastía angelina: de película y con acento latino
Los Dodgers no solo ganan… imponen estilo.
En una era de contratos millonarios y rotaciones científicas, Los Ángeles demostró que el corazón todavía gana campeonatos.
Lo de anoche fue más que un juego. Fue una lección de resistencia.
Un desfile de épica, errores, redención y batazos que rompen el alma.
Los Dodgers no solo dominaron el béisbol. Lo reescribieron.



