¡Increíble! Otra vez falla el Metro

Por Augusto Álvarez
Tal como ocurre en los bancos y en cualquier sistema crítico, el Metro de Santo Domingo debería contar con un servicio energético propio, blindado contra cualquier interrupción.
Pero, una vez más, la realidad golpea. La noche del martes se produjo un nuevo fallo en la Línea 1, y un video difundido muestra a los usuarios siendo evacuados por la misma vía férrea, como si estuviéramos en un país sin planificación ni protocolos modernos.
Un verdadero bautizo de fuego para las recién designadas autoridades.
Aún es temprano para saber si esta breve paralización está conectada, de alguna forma, con el histórico blackout nacional.
Sin embargo, las excusas ya no caben. La ciudadanía está agotada de escuchar explicaciones que no explican nada.
El nuevo director de la OPRET, Jhael Isa Tavárez, tendrá que hilar fino y mantener los ojos bien abiertos. No sería extraño que algunos estén deseando que arranque con el pie izquierdo, para justificar fallas anteriores o para seguir tapando responsabilidades.
Y la gran pregunta sigue sin respuesta: ¿Qué impide que la OPRET disponga de un sistema energético propio y autónomo, como corresponde a una infraestructura de transporte masivo?
Miles de usuarios del Metro y del Teleférico continúan temerosos, con el trauma fresco del pasado blackout. Y con fallos como este, la confianza no se recupera… se pierde más.
La realidad es innegable: el Metro no está recibiendo el mantenimiento continuo que exige una obra de esa magnitud. Y si se sigue por ese camino de descuido, improvisación y respuestas tardías, no sería exagerado afirmar que esta infraestructura —la obra cumbre de cualquier gobierno en materia vial en la República Dominicana— podría colapsar o deteriorarse al punto de volverse inoperante en cualquier momento.
Un sistema de transporte masivo no falla por casualidad, falla por abandono. Y cuando el mantenimiento deja de ser prioridad, las consecuencias no tardan en golpear… como ya estamos viendo.



