ACTUALIDADOPINIONPOLITICA

Abinader sepulta peñagomismo y realza valores de bajo mundo

No hay una ideología conocida como el “peñagomismo”, ni siquiera una corriente política. Sin embargo, de todos los grandes líderes del siglo XX, Peña está considerado como el más democrático, desprendido y humilde. Fue quien introdujo la democracia en la República Dominicana en 1978, incluyendo, en 1977, las primarias en los partidos.

Y es el único ejemplo, en toda la historia social dominicana, de que, siendo la principal figura de una organización, da paso a la Presidencia a dos de sus compañeros, como lo hizo en 1978 con Antonio Guzmán y en 1982 con Salvador Jorge Blanco.

El peñagomismo, aunque no sea una ideología universal, regional ni nacional, consiste en emular el ejemplo, promover su ideario y pensamiento, lo que se hacía desde el PRD y, de manera inicial, desde el PRM. Pero una vez ese partido llegó al poder, en el año 2020, el presidente Abinader se encargó de desmontar el peñagomismo.

Y la prueba está en que el hoy partido gobernante es un sincretismo, una mezcla de reformistas, peledeístas, tránsfugas, narcotraficantes, riferos y, en menor medida, algunos viejos perredeístas que no se atreven a enarbolar los principios del antiguo líder por temor al poder.

Al presidente del PRM, José Ignacio Paliza, si bien no se le puede acusar, sin pruebas, de ser corrupto, tampoco se le debe exonerar de culpa en torno a los 12 funcionarios de elección popular arrestados por ser narcotraficantes que pertenecen al PRM. De doce, doce.

¿Quién les dio entrada a esos antisociales a esa organización? ¿Bajo cuáles virtudes y condiciones fueron postulados, sin cumplir con los años requeridos de militancia? ¿Quién los inscribió ante la Junta Central Electoral?

Es un asunto muy obvio, razón por la cual, con su discurso justificando lo injustificable, nadie le creyó.

Paliza, sin embargo, no es presidente del PRM por sus méritos políticos ni mucho menos por su liderazgo, el cual se reduce a cero. Paliza es el producto original de un acuerdo de aposento entre Luis e Hipólito.

El primero escogió al presidente y el segundo a la secretaria, que es su hija Carolina. Y ese convenio se ratificó, ya desde el poder, para la reelección de ambos. De manera que Luis Abinader es el padrino político de José Ignacio. Y la protección es tan fuerte que en el Gobierno lo tiene como el segundo al mando.

La degradación moral del PRM no se detiene. Ahora sus dueños, Abinader y Paliza, están tras la adquisición de Santiago Matías (Alofoke), un joven que promueve valores de depravación, perversión e inmoralidad.

Luis Abinader
Luis Abinader

Sin embargo, esas razones para nada importan al jefe de Estado. Solo le importó que, en un momento determinado, supuestamente, dos millones de dominicanos estuvieron conectados con la Casa de Alofoke 2, lo que motivó al presidente moderno a realizar una llamada telefónica, la cual se repitió para el cierre del evento, resaltando el gran aporte del influencer.

Esa no es una actitud de un jefe de Estado, menos de un hombre que ha dicho que no buscaría el poder para el 2028. Ese es un comportamiento propio de un candidato que no desaprovecha escenarios para promoverse.

Y ya el joven Alofoke ha manifestado su aspiración a un cargo de elección popular, sin especificar. Pero se podría pensar en un puesto legislativo. ¿Cuál sería su conducta desde el Congreso Nacional? ¿Los mismos valores que transmite desde medios audiovisuales y redes sociales?

El suscrito ha sostenido, en conversaciones públicas y privadas, que Abinader no tiene forma de reponer el daño moral ocasionado a la política al desmontar el peñagomismo en el PRM y estimular modelos y arquetipos del bajo mundo. Por suerte, cada vez son menos los que insisten en la honestidad del presidente y, regularmente, quienes reiteran la tesis es bajo condiciones especiales.

Publicaciones relacionadas

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Botón volver arriba