INTERNACIONALES

Colonos israelíes se convierte en escuadrones del terror

Con bendición oficial desatan fuego y muerte en Cisjordania y Gaza

ORIENTE MEDIO

Los colonos israelíes se han convertido en una versión moderna de escuadrones del terror, asaltando aldeas, incendiando viviendas y profanando la Mezquita de Al-Aqsa, bajo la mirada cómplice del régimen de Benjamín Netanyahu.

En las últimas 24 horas, la violencia dejó más de 100 palestinos muertos y decenas de heridos, la mayoría mujeres y niños, víctimas de los bombardeos israelíes sobre la Franja de Gaza, en plena violación del supuesto alto el fuego.

Mientras tanto, en la Jerusalén ocupada, 1,307 colonos irrumpieron este jueves en los patios de la Mezquita de Al-Aqsa, amparados por la policía de ocupación. Hicieron recorridos provocativos, oraciones talmúdicas y actos simbólicos que preparan el terreno para demoler el santuario musulmán y levantar el llamado “Templo”.

El ministro de Seguridad israelí Itamar Ben-Gvir, de línea abiertamente racista, acelera su plan de “división temporal y espacial” en la mezquita y alienta a los grupos del “Templo” a intensificar sus irrupciones. Todo esto mientras sus discursos suenan más a incitación religiosa que a seguridad nacional.

En Cisjordania, la madrugada del jueves, colonos incendiaron tres vehículos en la aldea de Burqa, al este de Ramallah. Tras el ataque, el ejército israelí, lejos de proteger a las víctimas, irrumpió en la aldea y arrestó a un joven palestino de 18 años, identificado como Muhammad Yusuf Ma’tan.

Burqa es un pueblo sitiado, víctima de ataques casi diarios y despojado de más del 90% de sus tierras agrícolas, que hoy están bajo control de asentamientos ilegales.

La Organización de Cooperación Islámica (OCI) condenó los ataques, señalando que Israel viola abiertamente el acuerdo de alto el fuego, y pidió a la comunidad internacional presionar al régimen ocupante para frenar la masacre y permitir la entrada de ayuda humanitaria a Gaza.

Pero en el terreno, la historia es otra: carreteras cerradas, aldeas sitiadas y cadáveres bajo los escombros, mientras los colonos celebran sus “marchas religiosas” con armas en la cintura y la bendición del Estado.

Netanyahu sigue llamando a eso seguridad. El mundo, cada día más, lo llama por su nombre: terrorismo de Estado.

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