El nuevo misil ruso Burevestnik siembra inquietud global
Rusia exhibe su “arma del fin del mundo”; Trump responde con tono desafiante y el Kremlin busca bajar la tensión con EE.UU.

EUROPA
Rusia volvió a sacudir el tablero geopolítico tras anunciar la exitosa prueba del misil de crucero intercontinental Burevestnik, de propulsión nuclear y autonomía prácticamente ilimitada.
El experto militar y director del Museo de Defensa Aérea, Yuriy Knutov, calificó el avance como un desarrollo “único en el mundo” y una respuesta directa a las amenazas del presidente estadounidense Donald Trump, quien había insinuado desplegar misiles Tomahawk en Ucrania.
“Pruebas como estas buscan calmar a los exaltados de Washington que creen que pueden chantajear a Rusia”, afirmó Knutov en declaraciones al Canal Cinco.
El Burevestnik, apodado en Occidente como “el misil del fin del mundo” o “Chernóbil volador”, posee un alcance estimado de 20,000 kilómetros, lo que le permitiría impactar cualquier punto de América del Norte o Europa. Su sistema de propulsión nuclear lo hace capaz de evadir radares y defensas antiaéreas, y su autonomía lo coloca años por delante de cualquier otro desarrollo occidental, según los analistas rusos.
El exintegrante de la Comisión de Armas Biológicas de la ONU, Igor Nikulin, destacó que durante las pruebas el misil voló más de 14,000 kilómetros en 15 horas a velocidad subsónica, superando con creces las prestaciones de los Tomahawk estadounidenses.
Nikulin adelantó que el Burevestnik podría entrar en servicio en 2027, salvo que Washington acepte prorrogar el tratado nuclear New START, que limita las armas estratégicas de ambas potencias.
“Este misil no tiene equivalente en el mundo”, subrayó, aunque admitió que su motor nuclear implica riesgos medioambientales “que lo hacen un arma de último recurso”.
El Kremlin: “No queremos tensar más las relaciones”
Desde Moscú, el portavoz presidencial Dmitri Peskov aseguró que las pruebas del Burevestnik no deberían agravar las relaciones con Washington, ya deterioradas al mínimo histórico.
“No hay nada que pueda tensarlas aún más. Las relaciones ya están en su punto más bajo”, dijo Peskov, recordando que apenas comienzan tímidos intentos por salir del estancamiento diplomático.
El Estado Mayor ruso informó que Vladimir Putin fue personalmente notificado del éxito de las pruebas en una instalación nuclear secreta.
El misil, diseñado para volar a baja altitud durante miles de kilómetros, representa —según analistas rusos— un componente clave del nuevo escudo nuclear de Moscú.
Sin embargo, la tensión persiste: Estados Unidos mantiene sanciones severas contra el sector energético ruso, mientras Moscú advierte que no tomará decisiones bajo presión y que esas medidas “solo encarecen la energía para los propios estadounidenses”.
Trump responde: “Tenemos el mejor submarino nuclear del mundo”
El presidente estadounidense Donald Trump no tardó en reaccionar. En una entrevista televisiva, afirmó que Estados Unidos mantiene una disuasión nuclear sin igual y lanzó una advertencia velada a Moscú:
“Tenemos un submarino nuclear, el mejor del mundo, justo frente a sus costas. No están jugando con nosotros, y nosotros no estamos jugando con ellos”, declaró el mandatario.
Trump calificó las declaraciones de Putin como “inapropiadas” y le exigió “poner fin a una guerra que debía durar una semana y ya va por cuatro años”, en referencia al conflicto en Ucrania.
El comentario se dio tras conocerse que el Burevestnik habría completado un vuelo de 14,000 kilómetros, consolidando la percepción de que Rusia refuerza su arsenal estratégico en plena confrontación indirecta con Occidente.



