¿En Israel quién manda: Netanyahu o Donald Trump?

La pregunta ya no es un simple juego geopolítico: ¿quién toma realmente las decisiones en Oriente Medio? Porque mientras Washington hablaba de paz, Tel Aviv hablaba de pólvora.
Apenas horas después de que la administración Trump celebrara un supuesto “acuerdo de entendimiento” con Hamás, Benjamin Netanyahu ordenó reanudar el asedio sobre Gaza, justo cuando líderes palestinos se preparaban para liberar a los rehenes judíos. Un movimiento que no solo saboteó la tregua, sino que encendió la furia del propio Trump.
Se dice que la mansión ejecutiva tembló tras el berrinche del magnate-presidente. Voces cercanas aseguran que lanzó gritos y órdenes cruzadas, acusando a Netanyahu de “jugar con fuego” y dinamitar su plan de paz. ¿Fue una escena real o una nueva actuación teatral del mandatario norteamericano, acostumbrado a los reflectores más que a los acuerdos duraderos?
Fuentes de inteligencia señalan que mandos sionistas y el Pentágono chocaron. Los voceros de Hamás, desde Katal, habían notificado al presidente Trump la inminente liberación de prisioneros judíos en Gaza, pero minutos después los cielos volvieron a rugir con bombardeos israelíes. En otras palabras, Israel decidió hablar con misiles, no con diplomacia.
Ahora, Trump enfrenta un dilema: o impone su autoridad y recupera la iniciativa de paz, o queda como un peón más del tablero militar israelí. Sus asesores intentan recomponer el desastre antes de fin de semana, buscando salvar el rostro de Washington ante la comunidad internacional.
El presidente ha advertido que “arrasará con Hamás” si no acoge el plan propuesto por su administración, pero ese es su lenguaje y nos gustaría verlos dando reversa. Lo cierto es que mientras se habla de treguas y acuerdos secretos, en Gaza los muertos se siguen acumulando y la “paz americana” parece tan volátil como los misiles que caen cada noche.
Por ahora, lo único claro es que Trump habla de paz y Netanyahu de guerra, y en ese fuego cruzado la diplomacia vuelve a ser la principal víctima.