Dos miembros de la de la Guardia Nacional son baleados cerca de la Casa Blanca

El sospechoso está detenido
WASHINGTON, D.C.
Dos efectivos de la Guardia Nacional resultaron gravemente heridos este miércoles en un tiroteo ocurrido a unas cuadras de la residencia oficial del presidente Donald trump, en lo que las autoridades describieron como “un ataque dirigido”.
El incidente ocurrió cerca de la estación del metro Farragut West Metro Station — en la intersección de las calles 17 y I, a apenas dos manzanas de la sede de gobierno.
Según testigos, un solo agresor se acercó a los guardias y abrió fuego de manera sorpresiva. Tras el ataque, el sospechoso fue sometido por otros miembros de la Guardia y detenido.
Tanto los dos guardias como el presunto atacante fueron trasladados a hospitales locales. De acuerdo con el director del FBI, los guardias están en condición crítica, aunque la información sobre su estado final sigue siendo confusa.
En respuesta al ataque, la sede presidencial fue puesta bajo “lockdown” (estado de seguridad máxima), y se suspendieron temporalmente algunos vuelos hacia el aeropuerto más cercano.
El presidente Trump, quien se encontraba en Florida por la festividad de Thanksgiving, fue informado de inmediato y reaccionó en sus redes llamando al agresor “animal” y prometiendo que “pagará un precio muy alto”.
Al conocerse el ataque, el gobierno federal ordenó el envío de 500 soldados adicionales de la Guardia Nacional a Washington, incrementando la presencia militar en la capital en plena polémica por su despliegue en zonas urbanas.
Hasta ahora, las autoridades no han determinado el móvil exacto del ataque. La alcaldesa de Washington, Muriel Bowser, calificó el incidente como un “ataque dirigido”, lo que apunta a que el objetivo eran los guardias.
El hecho sucede en medio de un despliegue masivo de la Guardia Nacional en la capital — iniciado en agosto de 2025 — autorizado por la administración de Trump como parte de su estrategia contra la delincuencia, la inmigración irregular y la criminalidad urbana.
Este suceso renueva el debate sobre la presencia militar en zonas civiles, el uso de tropas federales para tareas de seguridad interna y los riesgos que conlleva movilizar militares en áreas urbanas densas.



