El poderío de Trump y los gobernadores

El poder republicano encabezado por el presidente Donald Trump empieza a resquebrajarse tras la victoria de Abigail Spanberger como gobernadora de Virginia.
Su triunfo, junto al del joven Zohran Mamdani, quien conquistó la poderosa alcaldía de Nueva York, reduce el radio de influencia y el griterío político del mandatario.
Mientras tanto, el gobierno federal sigue paralizado, el Senado exige la entrega de los cupones de alimentos. California desafía las presiones de la Casa Blanca. Chicago le da la espalda y Arizona muestra su inconformidad.
La pregunta es inevitable: ¿Quiénes siguen realmente con usted, señor Trump?
El Partido Demócrata parece iniciar una recuperación tras sus incoherencias en la pasada contienda electoral.
El gobernador Gavin Newsom, al rechazar la presencia de agentes federales para detener inmigrantes, recibió amenazas de recorte de fondos federales. Su respuesta fue contundente: “California dispone de recursos propios.”
Al asumir con firmeza el control del Estado, Newsom encarna el renacer demócrata y evidencia que la maquinaria azul se reorganiza con pasos calculados, incluso tras la discreta campaña que dejó a Kamala Harris en el aire. ¿El plan era no dejarla brillar?
Trump tendrá que maniobrar con precisión para contener el avance demócrata, al tiempo que mide los movimientos de cada bancada en el Congreso.
La crisis económica golpea con fuerza el interior de la sociedad estadounidense; se siente en cada barrio, en cada amanecer, en cada bolsillo.
No siga apretando las tuercas, señor presidente… porque la roca podría correrse.



