INTERNACIONALESOPINION

¿Por su vulnerabilidad, Melissa sintió compasión por Haití?

Por Augusto Álvarez

En cierto modo, la tormenta Melissa pareció tener un gesto de compasión hacia Haití. Aunque golpeó con fuerza, no lo hizo con la brutalidad de otros fenómenos naturales que en el pasado han dejado un rastro de muerte y desolación en la vecina nación.

Se reportaron al menos 42 víctimas, miles de desplazados y un agravamiento evidente de la miseria que ya pesa sobre el pueblo haitiano. melissa descargó su furia sobre los sectores más vulnerables, desbordando pequeños riachuelos y dejando al descubierto la incapacidad de las autoridades, que poco o nada hicieron para contener la fuerza de la naturaleza.

Hasta las bandas criminales —dueñas del miedo y del territorio— parecieron detener su accionar, quizá temerosas ante una furia que ni ellas pueden dominar.

Dos centros de salud habrían resultado seriamente afectados por las inundaciones, en medio de un panorama de precariedad que no distingue entre delincuentes y víctimas.

Mientras tanto, en Cuba, el gobierno movilizó a su población pese a las limitaciones del país. Y aunque los daños fueron menores de lo pronosticado, la madre naturaleza lució menos despiadada que los vaticinios de los meteorólogos.

Incluso Estados Unidos, que había advertido que no prestaría ayuda humanitaria al régimen cubano, terminó reculando y ofreciendo cierta asistencia, al menos en señal de solidaridad con el pueblo.

Melissa pasó, pero dejó un recordatorio: la furia del clima parece tener más compasión que la indiferencia política que castiga a los más pobres del Caribe.

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