Trump mete presión a Zelensky para que firme su plan de paz
Fecha límite es antes de Acción de Gracias… y Kiev arde por dentro, mientras Moscú dice: “A nosotros no nos han dicho nada”

EUROPA
Mientras Washington acelera su reloj político, en el Kremlin aseguran que ni una hoja les ha llegado sobre la supuesta disposición de Volodímir Zelensky a negociar bajo el plan de paz elaborado por por el presidente Donald Trump.
El portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, declaró que “Moscú no ha recibido ninguna notificación oficial”, dejando caer que los estadounidenses parecen hablar más con Kiev que con la otra parte del conflicto.
Todo esto ocurre tras la llegada a Kiev del secretario del Ejército de EE. UU., Daniel Driscoll, quien entregó formalmente a Zelensky el documento: un plan de 28 puntos que, según Financial Times, implica concesiones dolorosas para Ucrania.
Fuentes ucranianas confirmaron al FT que Trump puso un ultimátum: Zelensky debe aprobar el borrador antes del 27 de noviembre.
Washington pretende tenerlo listo para presentarlo a los rusos en diciembre.
Kiev en estrés: el plan toca “líneas rojas”
Aunque públicamente Zelensky posó firme y diplomático junto a Driscoll, diciendo que está dispuesto al diálogo y al “trabajo honesto”, en privado su equipo admite que el plan de paz contiene cláusulas que rompen varias líneas rojas de Kiev.
Por ello, asesores del mandatario ya trabajan contrarreloj en versiones alternativas para devolver a Washington sin que parezca una negativa frontal.
En un mensaje de vídeo emitido el jueves en la tarde, Zelenski, confirmó que Washington había entregado propuestas a Kiev para poner fin al conflicto con Rusia.
Zelensky, bajo fuego: prohíbe admitir la pérdida de ciudades
Desde la ONU, Rusia, por intermedio de su embajador embajador Vasily Nebenzya, aprovechó el momento y acusó a Zelensky de:
- Prohibir a sus tropas admitir pérdidas territoriales,
- Ordenar mantener posiciones hasta el último soldado,
- Bloquear retiradas, incluso en zonas cercadas.
Para Moscú, esto demuestra que Zelensky “toma decisiones políticas que ignoran la realidad militar”.
En otras palabras: Ucrania está peleando batallas que ya están perdidas, mientras la presión estadounidense por cerrar un acuerdo de paz golpea la puerta.
Rubio y Witkoff, los negociadores en las sombras
La Casa Blanca confirmó que Marco Rubio, su secretario de Estado, y el enviado especial Steve Witkoff llevan un mes negociando por debajo del radar con Rusia y Ucrania.
Karoline Leavitt, portavoz presidencial, lo soltó sin anestesia: “Han estado hablando con ambas partes para saber qué está dispuesto a aceptar cada país. Así es como se llega a una negociación real.”
Es decir, Washington ya negocia por su cuenta, y Kiev se siente más vehículo que protagonista.
El plan: garantías de seguridad tipo OTAN… pero sin OTAN
Axios reveló que el documento sobre la paz en Ucrania incluye un sistema de protección para Ucrania inspirado en el Artículo 5, aunque sin otorgar membresía plena.
El borrador dice que un ataque ruso futuro será considerado una amenaza para toda la comunidad transatlántica, y que EE. UU. y sus aliados podrán responder:
- con fuerza militar,
- con apoyo logístico e inteligencia,
- con medidas económicas y diplomáticas,
- o con cualquier acción necesaria.
El acuerdo duraría 10 años, y será renovable.
A su vez, países clave de la OTAN —Francia, Reino Unido, Alemania, Polonia y Finlandia— prometen actuar coordinadamente con Washington.
En teoría, el acuerdo final sería firmado por Rusia, EE. UU., la UE, la OTAN y Ucrania.
La situación en Ucrania sigue al rojo vivo, con enfrentamiento entre las partes. Trump tiene prisa. Zelensky está acorralado por la realidad militar y por su mayor aliado. Moscú se hace el desentendido. Y Washington negocia en nombre de todos. El reloj político corre más rápido que los misiles.



