Tropas de Israel atacan sede de la ONU en Jerusalén
El conflicto en Gaza sigue dejando decenas de muertos

JERUSALÉN
En un hecho sin precedentes que ha encendido aún más las tensiones en la región, un numeroso contingente de fuerzas israelíes irrumpió a primera hora de la mañana en la sede de la Agencia de Obras Públicas y Socorro de las Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina (UNRWA), ubicada en el barrio de Sheikh Jarrah, en Jerusalén Oriental.
Según un comunicado de la UNRWA, camiones, grúas y soldados ingresaron por la fuerza a las instalaciones, mientras las comunicaciones de la sede fueron cortadas y el personal de Naciones Unidas quedó aislado, sin información sobre lo que ocurre dentro del complejo.
La agencia calificó esta acción como una violación flagrante de los privilegios e inmunidades de las Naciones Unidas, amparados por tratados internacionales que protegen la inviolabilidad de sus edificios y activos.
La Gobernación de Jerusalén también denunció que las fuerzas israelíes detuvieron al personal de seguridad y confiscaron sus teléfonos, cerrando completamente el área y realizando amplios registros en todas las instalaciones.
En un duro comunicado, las autoridades locales señalaron que la redada constituye una violación del derecho internacional, de la dignidad de las instituciones de la ONU y de resoluciones clave del Consejo de Seguridad.
Este asalto se da en el marco de una escalada prolongada del conflicto entre Israel y Hamás, que ha tenido consecuencias humanas devastadoras en la Franja de Gaza. Según datos de salud locales, el conteo de muertos palestinos desde el inicio de la guerra supera los 70,000, con al menos seis nuevas muertes y 17 heridos en las últimas 24 horas como resultado de violaciones continuas del alto el fuego por parte de Israel, entre ellos un niño, y más de 370 civiles muertos desde la entrada en vigor de la tregua en octubre.
Además, en el contexto del plan de alto el fuego respaldado por Estados Unidos, Hamás ha regresado restos de rehenes a Israel, incluidos los cuerpos del último rehén fallecido retenido, marcando pasos complejos en el proceso de transición hacia una posible segunda fase del acuerdo de paz.
El ataque a la sede de la UNRWA en Jerusalén representa un nuevo capítulo de alto riesgo en un conflicto que ya ha cobrado miles de vidas y continúa poniendo en tela de juicio el respeto por las normas internacionales y la protección de instituciones humanitarias.



