La doble moral de las CDEEE induce a delinquir a los pobres

Por Augusto Álvarez
¿Es posible que un empleado municipal, con un salario que apenas bordea los cuatro mil pesos, reciba una factura eléctrica superior a los dos mil?
Y hablamos solo de la luz… ¿y el costo de la canasta familiar?
Sería importante que las autoridades digan claramente qué hacer para enfrentar la carestía que golpea en todos los niveles.
En las redes de distribución de energía, los técnicos saben cómo se hacen “maravillas” para resolver sus problemas. En los barrios populares, la universidad de la vida ha sido la gran escuela para sobrevivir.
En las inversiones del sistema eléctrico, los funcionarios saben bien cómo sacar las uñas… pero sin correr riesgos.
Las CDEEE (Corporación Dominicana de Empresas Eléctricas Estatales) han tenido la “virtud” de transformar en millonarios a grandes figuras. Paradójicamente, fue en la época de las famosas chichiguas que producían apagones cuando se registró el menor número de beneficiarios privilegiados del sistema eléctrico.
La solución al desastre energético quizás sea más administrativa que técnica.
Para muestra, un botón: el presidente Balaguer llegó a nombrar en la CDE a un periodista (Moisés Blanco Genao) y en Obras Públicas hasta a abogados.