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Recordando a mis alumnos

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Mensaje 4194

 

 AYUDAME A SALVAR UNA VIDA 

 

 

Hola, amigos, ¿qué tal? Merhaba, arkadaslar, ¿nasiliniz?

Palabras que conmuevenAquella época en la que recibía cientos de estudiantes con todo tipo de problemas, por estar las puertas de mi colegio abiertas para todas las ovejitas del Señor, sin importar que estuvieran descarriadas o no, acostumbraba a realizar una amplia entrevista a mis alumnos, de la cual hablaremos en otra ocasión.

Al sentarme en mi escritorio cada mañana decía: “Señor envíame hoy, la ovejita que tú quieres que te oriente”, y ahí esperaba tranquilo.

Muchos de los chicos llegaban expulsados de otras escuelas por su mal comportamiento o bajo rendimiento académico, otros eran retirados por sus padres por entender que, el colegio no respondía a las necesidades de su hijo, otros eran tan inteligentes y genios que se convertían en inadaptados pues el sistema educativo no sabía qué hacer con ellos.

Otros llegaban porque sus familias me conocían y me daban un voto de confianza poniendo a sus hijos en mis manos y muchos otros porque éramos nosotros el único colegio donde cada familia pagaba lo que podía, de aquí las innumerables becas y proporciones de becas otorgadas a los padres de muchos, para que sus hijos pudieran estar con nosotros.

Dos condiciones eran indispensables, que su hijo no sepa que está becado o favorecido y mi otra condición, por un acuerdo hecho con el Señor era que, como las calificaciones no me importaban, sino el crecimiento integral de mis muchachos, los cambios en sus comportamientos, sanear su autoestima y convencerlos de que podrían llegar a ser exitosos, (ahí en la sociedad está la muestra), yo les regalaba sus punticos para que pasaran y se hicieran bachilleres, claro, con trabajos y horas extras de tarde, pero para mí lo que importaba era hacerles sentir que ellos sí podían alcanzar sus metas.

Ya graduados, y con herramientas en sus manos para triunfar y llegar lejos, además de la presencia de Dios en sus corazones, que se enfrenten con el mundo y terminen de crecer. Misión cumplida.

Víctor Martinez siente la satisfacción del deber cumplido y eleva sus oraciones por ellos, donde quiera que se encuentren, por sus hijos, nietos y sus familias, y esto sin importar que agradezcan, que me quieran, me recuerden o me apoyen en esta labor de llevar la Palabra de Dios por el mundo entero.

De manera particular agradezco y oro intensamente por los pocos que, en nombre de todos, mantienen contacto conmigo apoyándome en mi nueva misión de glorificar al Padre, Dios los bendiga.

Y recuerden no es a mí a quien tienen que agradecer, es al Padre del cielo, quien nos elige y nos utiliza para realizar sus obras, por eso, tal como nos lo dice 1 Crónicas 29:

“Tuyos son, Señor, la grandeza y el poder, la gloria, la victoria y la majestad. Tuyo es todo cuanto hay en el cielo y en la tierra. Tuyo también es el reino, y tú estás por encima de todo. De ti proceden la riqueza y el honor; tú lo gobiernas todo. En tus manos están la fuerza y el poder, y eres tú quien engrandece y fortalece a todos. Por eso, Dios nuestro, te damos gracias, y a tu glorioso nombre tributamos alabanzas”. Palabra de Dios.

Este mensaje ha llegado a todos ustedes gracias al apoyo recibido por nuestro hermano, excelente profesor Cucho Martínez.

Hasta la próxima.

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