RD entre la vista del águila y el olfato del K-9

Por Augusto Álvarez
La República Dominicana parece estar, literalmente, bajo la vista del águila y el olfato del K-9.
Primero, Washington envió como embajadora a una diplomática con pasado en la CIA.
Luego, llegó una misión de congresistas estadounidenses que sostuvo un encuentro directo con el presidente Luis Abinader.
A esto se sumó la visita de la gobernadora del Estado de Nueva York.
Y, como si fuera poco, agentes de la DEA realizaron reuniones de “cortesía” con las principales autoridades dominicanas: DNCD, Procuraduría y otros organismos.
Tras esa cadena de encuentros, el presidente Abinader anunció la próxima llegada del señor Pete Hegseth, figura de influencia en el Pentágono.
Demasiadas “casualidades” juntas para un país tan observado.
Durante los últimos meses, la presencia de la DEA en coordinación con la DNCD se ha intensificado, con golpes significativos en el Puerto Multimodal Caucedo y en la zona de Pedernales.
La gran pregunta es inevitable: ¿Planea Estados Unidos instalar en la República Dominicana un centro de monitoreo antinarcóticos con alcance al Caribe y al sur, en dirección a las aguas que bordean a Venezuela?
Con su visión de águila y su olfato estilo K-9, Washington ha penetrado espacios clave del país, incluso el Congreso Nacional, donde —según se comenta en círculos políticos— ya ha “diezmado” estructuras y mantiene la mira puesta sobre otros legisladores.



