El Gozo Navideño

Mensaje 4244
AYUDAME A SALVAR UNA VIDA
Hola, amigos, ¿qué tal? Merhaba, arkadaslar, ¿nasilsiniz?
Hoy la Iglesia Católica celebra el tercer domingo de Adviento, llamado, desde hace algunos siglos, «Domingo de Gaudete» o de «alegría».
En este tiempo de Adviento, los cristianos actualizamos la esperanza en la primera venida del Mesías, vivida por el antiguo Israel, y celebramos la esperanza del nuevo pueblo de Dios en su segunda venida, al final de los tiempos.
Hoy nos llena de alegría saber que estamos ya muy cerca de celebrar el nacimiento de Jesús. El mensaje profético de las lecturas bíblicas nos invita a la esperanza y la alegría.
La Palabra de Dios nos invita no solo a la alegría, sino que ofrece el auténtico motivo para la misma: la venida del Señor. El salmo responsorial nos recuerda que la alegría y la esperanza descansan en la fidelidad y lealtad de Dios, que vendrá para salvarnos. Esa venida es motivo de nuestra alegría; pero la Carta de Santiago nos pide que tengamos paciencia, porque esperar no es fácil y puede generarnos algún tipo de confusión, como a Juan el Bautista, según lo relata el Evangelio.
El profeta Isaías 35 nos trae un mensaje de aliento para el pueblo que sufría un destierro que parecía definitivo. El profeta anuncia el retorno a Jerusalén, describiéndolo primero como una renovación de la naturaleza y luego como una transformación del hombre.
Luego vemos cómo el salmo 145 dirige a Dios una súplica muy confiada, acentuando la «opción preferencial» de Dios por los pobres. Mostremos nuestra confianza en Dios diciendo todos: “Ven, Señor, a salvarnos”. “El Señor mantiene su fidelidad perpetuamente, hace justicia a los oprimidos, da pan a los hambrientos. El Señor liberta a los cautivos. El Señor abre los ojos al ciego, el Señor endereza a los que ya se doblan, el Señor ama a los justos, el Señor guarda a los peregrinos. Sustenta al huérfano y a la viuda y trastorna el camino de los malvados. El Señor reina eternamente, tu Dios, Sión, de edad en edad”.
Y como todos esperamos ansiosos la llegada del Señor, en su segunda venida, Santiago 5 nos invita en su carta a esperar con paciencia, preocupándonos más por hacer el bien. “Tengan paciencia, hermanos, hasta la venida del Señor. Tengan paciencia también ustedes, manténganse firmes, porque la venida del Señor está cerca. No se quejen, hermanos, unos de otros, para no ser condenados. Miren que el juez está ya a la puerta”. Palabra de Dios.
Es Juan el Bautista (Mateo 11) quien se gana la alabanza de Jesús por prepararle el camino, cuando dice: “Les aseguro que no ha nacido de mujer uno más grande que Juan el Bautista; aunque el más pequeño en el reino de los cielos es más grande que él”. Palabra del Señor.
Cientos de años después de que se anuncia en los salmos, llega Jesús a realizar su obra de redención, cumpliéndose lo profetizado: “Los ciegos ven, y los inválidos andan; los leprosos quedan limpios, y los sordos oyen; los muertos resucitan, y a los pobres se les anuncia el Evangelio.
¡Y dichoso el que no se escandalice de mí!”. Palabra del Señor.
Víctor Martínez piensa que ya es hora de que demos testimonio del Padre, asumiendo el compromiso de llevar alegría a un mundo sumido en la tristeza y la desesperanza, compartiendo la alegría de haber recibido al Señor, quien nacerá entre nosotros en breve.
Me apena quienes no lo esperan, no lo reciben, no sienten la alegría del nacimiento de Jesús, razón por la que debemos asumir la misión de contagiar al mundo con nuestro gozo navideño.
Gracias a nuestra hermana Matilde Farach, que hace posible que vivamos este gozo navideño apoyando estos mensajes de amor de cada domingo.
Hasta la próxima.



