¡Presidente, despierte! Tormenta de apagones, escasez de agua, carestía e inseguridad

Buenos días…

Es increíble, pero cierto. Nos llegan decenas de mensajes desde La Victoria y otras cárceles, y todos coinciden en lo mismo: solo una decisión política del presidente Luis Abinader podría mejorar la situación carcelaria dominicana.

Mientras tanto, las cárceles siguen siendo un cementerio de hombres vivos, donde manda la ley del más fuerte, de los sicarios y los narcotraficantes.

¡Atención, procuradora Yeni Berenice Reynoso! La Victoria se parece a la frontera dominico-haitiana, con la única diferencia de que en el penal entra de todo… y sale mucho dinero. En la frontera, usted sabe, entra y sale lo que a cualquiera le dé la gana.

¡Atención, presidente Abinader! Desde La Victoria nos dicen claro: “Si aquí hubiese autoridad, ya el director de la Policía, el de Prisiones y el comandante del penal estuvieran cancelados”. ¡Ay, Dios!

Esta foto:

No es un montaje… es el retrato fiel de lo que pasa en ese recinto, el más grande del país. Lo que ocurre en La Victoria refleja lo que pasa en la Policía y en otros sectores: un desorden total, manga por hombro.

Y ojo, organismos internacionales: no se dejen confundir. No hablen pepla como la FAO, opinando desde oficinas con aire sin haber pisado un barrio, donde la gente se está muriendo de hambre.

Presidente, hablemos de agua. ¿Cómo es posible que, en un país donde usted mismo dice que se invierte “todo el dinero del mundo”, la gente siga con los tinacos secos?

La verdad es dura: usted no pega una. Dígame, ¿qué problema real se le ha resuelto a la población en estos cinco años?

Leonel Fernández tiene razón cuando dice que apagones prolongados, escasez de agua y altos precios tienen al pueblo irritado. Y le faltó agregar: la inseguridad y el deterioro de los hospitales.

Si Abinader fuera Bukele, otra cosa cantaría: la Policía estuviera en orden, y muchos generales y coroneles mencionados en cosas raras y actos de corrupción estuvieran presos o recogidos en su casa, no mandando.

Bukele jamás permitiría un relajo como el de La Victoria, donde un coronel se retrata sonriente con dos delincuentes, como si fueran estrellas de Hollywood.

Pero, Bukele jamás permitiría que hoy siguieran mandando oficiales generales involucrados en actos de corrupción detectados en auditorías.

Oiga, presidente, ¿cómo es posible que el Inspector General de la Policía Nacional siga en funciones y que el de Asuntos Internos esté al frente de un organismo tan delicado como ese? ¡Eso es un insulto al pueblo! Tienen colas e historial negro.

Y a propósito, presidente, hay un escándalo sonando fuerte: dicen que en la PN se están vendiendo los traslados. ¡Sí, vendiendo! Esto no se puede quedar debajo de la alfombra. Hay que investigarlo ya. El director de Recursos Humanos debe hablar claro.

Presidente, así como Faride declaró la guerra al bullicio, usted tiene que declarársela al microtráfico en los barrios. Por lo menos, que cierren los puntos cerca de iglesias y escuelas, aunque estén protegidos por políticos y uniformados.

Porque la verdad es esta: los comunitarios no denuncian por miedo, y ese silencio es el que está matando al país.

Y cuidado con una encuesta que anda rodando en manos de un aliado suyo: dicen que el PRM se hunde, y no es invento, porque el pueblo lo repite: “no saben gobernar”. Desde el 2020 la cosa anda de mal en peor, y el dólar ya pasó de 63 por 1. ¡Dios mío, nos jodimos!

Por cierto, no solo Leonel Fernández dice que el PRM y Abinader compraron elecciones. Recordemos que el ingeniero Ramón Alburquerque confesó que entregó 593 millones de pesos a cada senador, siendo encargado de estrategia en campaña. ¿Resultado? Un Senado convertido en sello gomígrafo: lo que dice Abinader, eso es lo que va. Y así, jamás avanza un país.