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El presidente lo sabe todo… y RD sigue enferma de corrupción, impunidad e inseguridad

¡Cógelo, Picante! Dicen que las obras de Guzmán Peralta superan a las de Adán Cáceres en tiempo de Danilo

 

Buenos días…

¡Cógelo, Picante!Daniel Pou no mintió cuando dijo que en este país es imposible que un funcionario o empresario desfalque cientos de millones de pesos al Estado sin que el presidente de turno lo sepa.

Y sí, el presidente Luis Abinader sabe todo lo que ocurre en este país, pero no actúa.

Porque aquí no estamos hablando de rumores, hablamos de auditorías oficiales que documentan desfalcos en la DIGESETT, bajo Guzmán Peralta; en el Hospital de la Policía, en POLITUR, en el IPE… ¡y la lista sigue! Y lo más descarado, muchos de esos responsables, no solo no son castigados, ¡son premiados!

Ejemplo vivo: Guzmán Peralta. Las obras que exhibe el jefe de la Policía, según denuncian los mismos ciudadanos de Gonzalo, superan con creces las de su jefe de Estado. Dicen hasta que se ha adueñado del río Boyá. Y ojo: esas construcciones eclipsan, incluso, las de Adán Cáceres en la era de Danilo Medina.

La diferencia es simple:

  • Adán Cáceres está procesado por corrupción administrativa.
  • Guzmán Peralta, en cambio, goza del manto oficial.

¿Vean la trampa? En otros tiempos, corrupción era corrupción. Ahora, en el gobierno PRM-Abinader, se disfraza con tecnicismos para blindar a los suyos. A las irregularidades les cambiaron el nombre, les llaman “debilidades administrativas”.

Mientras tanto, los recursos del pueblo se evaporan en adquirir y modernizar fincas, construir torres, villas, estaciones de combustibles, vehículos de lujo y hasta joyas para amantes.

Los corruptos de ayer, aunque con privilegios, eran perseguidos en algún momento. Los de hoy, son intocables y aplaudidos en Palacio. Pero que no se equivoquen: el pueblo tiene memoria, y en las urnas sabrá pasar factura.

Ya muchos dominicanos lloran “lágrimas de sangre” por haber vendido su voto “como pato en Nochebuena”. Y como dice el refrán: “El que por su gusto muere, hasta la muerte le sabe.”

Porque aquí tenemos un presidente, sí. Pero estadista, jamás. Luis Abinader ha preferido actuar como político en campaña permanente. Sus actos oficiales parecen actividades disfrazadas, y su obsesión es seguir montado en el caballo, no resolver los problemas reales del país.

Un estadista piensa en la próxima generación, no en las próximas elecciones. Y Abinader, con apagones, alza del dólar, inflación desbordada, microtráfico creciendo y abusos policiales, demuestra que lo suyo no es gobernar, sino prolongar su turno en el poder.

En conclusión: no todo presidente es estadista, pero todo estadista sí puede ser presidente. Y hoy, lo que tenemos es un presidente atrapado en su propia campaña, mientras la corrupción florece bajo su sombra.

El sueño que nunca fue…

Anoche soñamos bonito. Soñamos que el presidente Abinader se ponía los pantalones y ordenaba investigar la famosa mafia del combustible, que continuamente denuncian a lo interno de la Policía Nacional. En el sueño, veíamos a generales, coroneles, capitanes y hasta comunitarios aplaudiendo. La multitud se encendía, y de repente un grito tronó en el aire:

“¡Ahora sí se sabrá toda la verdad, y nada más que la verdad!”

Pero justo en el mejor momento, cuando parecía que el país despertaba contra la corrupción, una voz fría nos devolvió a la realidad:

—Sueña, Pichulín, que soñar no cuesta nada

Porque aquí, lo que se investiga son los pequeños, nunca los grandes. Lo demás queda para los discursos, los titulares… o los sueños.

¿Ustedes creen que lo que denuncia aquí, en otros tiempos se permitía? Si el presidente Abinader no actúa, hay que irse del país y dejárselo a los delincuentes.

Vean el video del programa LATORATV:

https://www.youtube.com/watch?v=w8EQyMJe_z0

La verdad es que solo en un país enfermo de corrupción, impunidad e inseguridad alguien puede creerse dueño de un río.

El asesinato de bosques y montañas en República Dominicana sigue sin consecuencias. ¡Y ojo! Los verdugos del río Boyá no son haitianos, son dominicanos con poder, de esos que talan, saquean y después se dan golpes en el pecho hablando de “patria”.

Mientras tanto, si no se frena la masacre de Israel, pronto ya no hará falta hablar de “alto al fuego” en Gaza… porque no quedará nada ni nadie que proteger. Los criminales israelíes están barriendo a los palestinos, ejecutando a sangre fría una limpieza étnica que el mundo ve en silencio cómplice.

¡Suena! El cuñado de Danilo Medina, Maxy Gerardo Montilla Sierra, no fue “hombre del PLD” como se vendió, sino colaborador externo del PRM… Y claro, por esa “colaboración” se sacó el premio gordo: se habría embolsillado miles de millones —se habla de más de 10 mil millones— y ahora devuelve 3 mil, se queda con el resto y encima lo pintan de “testigo estelar” del Ministerio Público. ¡Así cualquiera enfrenta la corrupción!

¡Truena! El exministro de Educación, Ángel Hernández, aseguró que entregó pruebas documentadas de irregularidades en su ministerio, directamente al presidente Luis Abinader y a la vicepresidenta Raquel Peña. Y la pregunta que pica y se extiende es: ¿el presidente, que quiere reelegirse en el 2028, hizo algo? ¿La vicepresidenta, que aspira a ser presidenta, accionó? La respuesta está en el aire… pero huele a silencio cómplice.

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