
AYUDAME A SALVAR UNA VIDA
Hola, amigos, ¿qué tal? Merhaba, arkadaslar, ¿nasilsiniz?
Ya de madrugada en mi último sueño de la mañana, me encontraba en Santo Domingo, la Parroquia El Buen Pastor se encontraba todavía en la pequeña capilla de mi colegio en el Evaristo Morales, mucha gente me esperaba para celebrar el Dia de las Mercedes, me había quedado dormido y el cántico de la mezquita me despertó, teniendo que salir de inmediato a celebrar.
Eran las 5:30 a.m. y la Mezquita de enfrente estaba en ese momento haciendo su primer llamado del día, aquel cántico divino que invoca a todos los santos y ángeles del Señor, llenando los cielos de Turquía con las vibraciones generadas por las voces que se escuchan por los altoparlantes y las manos de Dios derramando su Espíritu Santo en cada rincón y cada corazón que lo reverencia con aquel respeto, entrega y devoción, se alcanza a escuchar por todos los lados inundando la ciudad y llenando mi espíritu, llegando a lo más profundo de mi alma, hoy era más largo de lo acostumbrado y para mí, más impresionante.
Ya despierto, pensaba en mi sueño, mientras oraba a la Virgen de las Mercedes, pidiendo por los amigos que habían perdido a sus hijos en estos días, por los amigos que estaban padeciendo enfermedades y me habían pedido oración, por mi familia y por quienes me han estado dando apoyo para el cumplimiento de esta misión, mi mente repasaba ante la Virgen Santísima los rostros de todos y cada uno.
Pero hubo algo extraño, sentí mucha nostalgia, me entristecí mucho, salieron lágrimas de mis ojos y fue entonces cuando tomé el Santo Rosario de mi mesita de noche y pedía a la Madre Espiritual de todos los dominicanos, Patrona de nuestro país, bendecir y proteger a mi pueblo.
Me he levantado muy triste, no sé por qué y luego de mis oraciones, me senté a compartir esta reflexión con todos ustedes.
He dado gracias a Dios por el nuevo día y he pedido a la Virgen Santísima interceder ante Su Hijo Jesús para que el Padre Dios nos conceda los favores presentados por mis amistades enfermas, para su sanación, para que consuele los corazones de quienes están sufriendo por las pérdidas de sus familiares y por la liberación de quienes viven en pecado generando energías malignas con sus actitudes, que podrían dañar su salud y la de los seres queridos que les rodean.
Hoy he pedido una vez más por todos y cada uno de los Miembros de nuestra Comunidad de Amor, quienes, con tanta fe y amor, han confiado en nuestra labor, apoyándonos para Glorificar al Señor.
Dios bendiga al pueblo dominicano y la Virgen Santísima, Su Madre, lo inunde con su amor y lo proteja. Amén.
Gracias a Carolina Hernández por hacer posible que este mensaje llegue hasta todos ustedes.
Hasta la próxima.