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La obras buenas hablan solas…

Martes 19  Septiembre 2017.
Evangelio:
Jesús se dirigió a una ciudad llamada Naím, acompañado de sus discípulos y de una gran multitud. Justamente cuando se acercaba a la puerta de la ciudad, llevaban a enterrar al hijo único de una mujer viuda, y mucha gente del lugar la acompañaba. Al verla, el Señor se conmovió y le dijo: «No llores». Después se acercó y tocó el féretro. Los que lo llevaban se detuvieron y Jesús dijo: «Joven, yo te lo ordeno, levántate». El muerto se incorporó y empezó a hablar. Y Jesús se lo entregó a su madre. Todos quedaron sobrecogidos de temor y alababan a Dios, diciendo: «Un gran profeta ha aparecido en medio de nosotros y Dios ha visitado a su Pueblo». El rumor de lo que Jesús acababa de hacer se difundió por toda la Judea y en toda la región vecina.
Palabra del Señor.
Gloria a Ti, Señor Jesús.
MEDITACIÓN:

Salud y paz.
Nueva vez sale Jesús al encuentro de nosotros. Siempre es el Señor quien viene a salvarnos. La iniciativa es de Dios.
«No llores…», es el Señor del consuelo, de la fortaleza espiritual, de la paz. También nosotros, como bautizados, debemos dejarnos interpelar por el dolor y el sufrimiento de los demás; al pasar frente al oprimido, no nos luce ser indiferentes: porque somos cristianos. 
Ante la proximidad del Huracán, puede padecer necesidad mucha gente, seamos presencia redentora de la cautividad del hambre, la desnudez, la falta de refugio y ante la muerte del pariente de una persona, entre otras consecuencias que pudieran devenir del paso del fenómeno de la naturaleza. Oremos intensa y profundamente por nuestro país, por todos los países que están en la ruta de los huracanes. 
Las obras buenas hablan solas, porque son anuncio del amor de Jesucristo. No nos cansemos de hacer el bien; hagamos sinergias colectivas de caridad cristiana y cambiará la *sociedad.
El buen Dios y su Madre Santísima, les concedan un feliz día. 
P. Arístides Jiménez R.

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