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Lula abandona sede de su sindicato y se entrega a la policía

SAO BERNARDO DO CAMPO, Brasi.- El expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva se entregó el sábado a la policía, tras abandondar la sede de un sindicato de trabajadores metalúrgicos, donde se había refugiado, luego de agotar todos los recursos legales para evitar su detención.
Lula da Silva se ha entregado para empezar a cumplir una pena de más 12 años de cárcel por corrupción, mientras una multitud le gritaba ‘No te entregues’ cuando dejaba el recinto donde estaba atrincherado, desde hacía dos días.
Las imágenes de la cadena brasilera TV Globo muestran a Lula que sale a pie de la sede sindical de Sao Bernardo do Campo, en el estado sureño de Sao Paulo, y luego sube a un vehículo que, según el reporte, es de la Policía Federal.
En Sao Paulo se mantienen las manifestaciones en apoyo a Lula, mientras que cerca de la prisión de Curitiba una vigilia permanente espera la llegada del líder del Partido de los Trabajadores (PT) como muestra de solidaridad. Los simpatizantes de Lula rechazan la orden de prisión y exigen respeto a la democracia en el país.
En Curitiba (sur), la ciudad donde oficia el magistrado del caso Lava Jato, Sérgio Moro, lo espera una celda de unos 15 metros cuadrados, con baño privado y derecho a dos horas diarias de aire libre.
Moro le había ofrecido la posibilidad de presentarse “voluntariamente” en Curitiba antes del viernes a las 17H00, pero el exsindicalista ignoró ese plazo y prefirió permanecer en su búnker sindical, rodeado por miles de personas que le expresan apoyo día y noche.
Así y todo, “no es un prófugo”, explica el juzgado de Moro, dado que el plazo no era un ultimátum y tampoco buscó sustraerse a ninguna operación para detenerlo.
La detención de Lula ocurre luego de que Moro dicatara una orden, tras el rechazo a la solicitud de habeas corpus para permanecer en libertad y continuar con su precandidatura presidencial.
El Supremo Tribunal Federal (STF) negó el pasado 4 de abril el recurso introducido por la defensa de Lula, con seis votos en contra y cinco a favor, lo que permitió al juez Moro determinar la privativa de libertad.
La defensa del líder socialista presentó el viernes una medida cautelar ante el Comité de Derechos Humanos de las Naciones Unidas (CDHNU) con el fin de frenar la detención hasta el agotamiento del proceso judicial.
Durante un discurso del sábado desde la sede del sindicato que lo vio nacer como líder antes de su consagración como una de las figuras políticas más populares de Brasil, Lula señaló: «Cuanto más me atacan, más cerca estoy del pueblo brasileño».
«La historia va a probar que ellos están equivocados, ustedes van a ver que salgo fortalecido de esto y que soy inocente», dijo Lula frente a sus fieles seguidores, algunos de los cuales acamparon la noche del viernes en las afueras del edificio sindical para apoyar a su líder.
Poco después de dar su discurso, Lula sintió un malestar y fue asistido por un médico, pero luego se recuperó, según informó la actual líder de su Partido de los Trabajadores (PT).
«Él ya está bien, fue el calor», dijo la presidenta del PT, Gleisi Hoffmann.
Previamente en la mañana del sábado, el juez del Supremo Tribunal Federal de Brasil Edson Fachin rechazó el último intento del equipo legal de Lula para suspender la orden de arresto. La defensa ya había perdido el viernes un reclamo ante la principal corte de apelaciones del país sudamericano.
Según la ley electoral de Brasil, un candidato no puede presentarse a comicios por ocho años después de haber sido hallado culpable de un delito. Se han hecho raras excepciones en el pasado y la decisión final la tomará el máximo tribunal electoral en caso de que Lula presente una candidatura.