Congreso Mundial del Derecho
Una impronta de la democracia y la libertad

Bajo el lema: “Un mundo gobernado por la ley y no por la fuerza”, fue celebrado en nuestro país el Congreso Mundial del Derecho, que comenzó en Atenas en 1963 y que, cada dos años, se ha venido celebrando en diferentes partes del mundo.
La ocasión anterior fue en la ciudad de New York, Estados Unidos de Norteamérica.
Nuestra nación ha sido favorecida con la celebración, los días 4, 5 y 6 de mayo de 2025, de este evento, en medio del clima de guerra mundial y de la crisis del Estado fallido en Haití.
La organización mundial de este importante evento ostenta un estatuto consultivo especial del Consejo Económico y Social de las Naciones Unidas.
Se trató de un foro libre y abierto para abogados, jueces, fiscales y otros profesionales ligados al Estado de derecho y a la prevalencia de los derechos humanos en el mundo, así como a la formulación de nuevos tipos penales, a la par de la tecnología.
Desde la época del cacique Enriquillo (1519–1533), en el reinado de España, en ese entonces bajo el rey Carlos V, a través del gobernador Francisco de Barrionuevo, se firmó el Primer Pacto Institucional de Derechos Humanos (pacto del perdón), en donde se les reconoció a los aborígenes de esta tierra (cacique de Boyá) los derechos de gente, que han dado lugar al derecho internacional que prevalece en el mundo y a las organizaciones internacionales que interpretan como fundamental la lucha en favor de la dignidad humana, precepto cristiano.
Un cacique Enriquillo que nos honra como pueblo de origen aborigen, educado por los frailes de la orden franciscana, que sabía leer y escribir en castellano, y que a su vez contrajo matrimonio con Mencía de Guevara, una mujer mestiza, hija del español Hernando de Guevara y Ana de Guevara, conocida también como Higuemota, quien era descendiente directa de la cacique Anacaona, según anota nuestro intelectual Manuel de Jesús Galván.
La Asociación de Juristas Mundiales cuenta con una fundación o patronato que sirve de consejo asesor, compuesto por destacados juristas y profesionales, entre ellos expresidentes, ex primeros ministros, presidentes de tribunales superiores, abogados y académicos, y también empresarios que apuestan a la democracia y a la libertad.
En este evento tuvimos la presencia significativa del presidente electo en Venezuela, Edmundo González Urrutia, y del expresidente de Colombia, Iván Duque, así como figuras de la Comisión Europea, incluida la presidenta Ursula von der Leyen, junto a la jueza Sonia Sotomayor, miembro de la Suprema Corte de Justicia de los Estados Unidos de Norteamérica, quien fue galardonada en este evento junto al Dr. Leonel Fernández Reyna, expresidente de la República Dominicana, destacando el gran legado transformador de la Escuela de Salamanca, España, que inspira al recordar a Fray Luis de León y su frase célebre al regresar del calabozo: “Como decíamos ayer”.
En este seminario-congreso hemos recordado la figura de Francisco de Vitoria y la ratificación del Sermón de Montesinos, en momentos de enfrentamientos con los colonizadores y el régimen de encomienda y sus encomenderos esclavistas.
Recuerdo a mi profesor en este momento y gran maestro, el Dr. Froilán Tavares, quien, en sus enseñanzas de Derecho, nos hacía hincapié en ese momento histórico que marcó un punto de inflexión para los colonizadores y las reglas impuestas por la corona española, en favor de la civilidad y la dignidad humana de los indígenas, propietarios y dueños de estas tierras donde también nos ha tocado nacer.

La ocasión ha servido para celebrar los 515 años de la Primera Real Audiencia en la América descubierta por Cristóbal Colón y las orientaciones fundamentales del obispo Nicolás de Cusa, sobre la base de que la empresa de conquistar el territorio que hoy es América fue una empresa de héroes, en un mundo que se concebía geográficamente con forma cuadrada, y en el que los que llegaron a nuestro destino demostraron, como Galileo, que la Tierra era redonda.
Así como el conocimiento geográfico cambió radicalmente el concepto de la convivencia humana, y de acuerdo con algunos historiadores, en el Concilio de Florencia del siglo XV, frente al hecho del descubrimiento de América, se contempló una aguda lucha entre los esfuerzos humanistas por resolver las grandes cuestiones geográficas y el planteamiento de un gran proyecto de explorar la ruta de Occidente, con el olvidado tratado geográfico de Tolomeo (Geografiké Sýntaxis), que fue traducido entre los años 1405 y 1409 —treinta años antes del Concilio de Florencia— por Iacobus Angelus de Scarparia.

Digo todo esto en el contexto de esta gran conferencia, que convocó a estos grandes juristas y que fue presidida por el presidente Luis Abinader Corona, y clausurada por el rey de España, Felipe VI, con conceptos fundamentales para establecer el principio de que un mundo gobernado por la ley es el que aspiramos todos los seres humanos de la Tierra, y que todos rechazamos ser gobernados por la fuerza, como ha sido el principio organizador de este evento en la ciudad de Santo Domingo, capital de la República Dominicana, donde también celebramos los 180 años de nuestra Suprema Corte de Justicia y los 15 años de la creación del Tribunal Constitucional, que día a día dicta decisiones conforme al artículo 184 de nuestra Constitución, oponible a todos los poderes públicos, en favor de la prevalencia del Estado de derecho, de la tutela judicial efectiva y del debido proceso, contemplado en los artículos 68 y 69 de nuestra Constitución, con el convencimiento de que, conforme al artículo 74, debe ser aplicada la interpretación más favorable al momento de las decisiones en justicia.
El distinguido abogado, presidente de la Asociación Mundial de Juristas, doctor Javier Cremades, y sus más de 300 ponentes del mundo de la justicia, la política y la prensa, entre otros ámbitos, participaron en la Universidad del Caribe, que sirvió de aposento a todas estas personalidades y a todos los colegas nacionales e internacionales que nos visitaron y concurrieron a este nuevo evento. Agradecemos también el trabajo tesonero de quienes organizaron el evento y lo hicieron eficaz, ante toda la concurrencia que observó los desafíos de la democracia y su importancia en la vida diaria de nuestros pueblos.
Felicidades a la Universidad Autónoma de Santo Domingo y a la coordinación del Decanato de Derecho, dirigido por el Dr. Héctor Pereyra, y a todos los que pusieron el hombro de forma cimera para que este evento alcanzara la dimensión, la importancia y la validez de reclamar democracia y libertad en tiempos de guerra, como los que hoy observamos en diferentes regiones del mundo. También, agradezco a mi amigo, el ex fiscal Alexis Joaquín Castillo, por su distinción.
Enhorabuena ante las crisis que estamos observando, las políticas públicas que tratan de contener esas guerras y la posición del gobierno de los Estados Unidos de Norteamérica, representado por el secretario de Estado Marcos Rubio y su presidente Donald Trump, de no emprender más guerras ni enviar más soldados a ninguna parte del mundo, apostando en cambio por la paz, la democracia y la libertad, como modo civilizado de convivencia entre todos los que habitamos la humanidad, oponiéndose a una guerra termonuclear y revaluando los términos del intercambio comercial a través de los aranceles.
Y este congreso nos ha dejado un gran cuestionamiento: ¿De qué nos sirve tener buenas leyes, si no tenemos operadores idóneos, democráticos y desprovistos de conceptos clasistas, elitistas y hasta racistas?
¿De qué nos sirve tener instituciones especializadas en la escogencia de jueces y fiscales para la aplicación de la norma jurídica, si quienes la aplican responden a partidos políticos, a conceptos regionales de políticas públicas, atadas a intereses de grupos, hipotecadas por factores económicos que deciden la suerte de cualquier caso y en cualquier lugar, sin importar la individualidad ni la verdadera justicia de la que hablaba el gran jurista Ulpiano, cuya sentencia fue: “Justicia es dar a cada cual lo que le corresponde”?
No se trata del regreso de los conquistadores ante un mundo globalizado. Se trata de la realidad de un mundo interdependiente, cuyas decisiones, por más sencillas y particulares que parezcan, tienen una significación aguda, vital y profunda en el sentir de la justicia y en el concepto de igualdad que todos procuramos, en democracia y libertad que anhelamos.
Con un sello profundo de armonía y dignidad nacional fue el abrazo del presidente Luis Abinader y el expresidente Leonel Fernández Reyna, que, junto a las canciones de Carlos Vives, en memoria y honra de los 235 fallecidos, 187 heridos y más de 100 sobrevivientes de la tragedia en la Discoteca Jet Set, enaltecieron la patria de Duarte, Sánchez y Mella frente a todos los invitados y participantes que creemos en la ley como límite del poder público y privado.