Ataque terrorista a catedral de Filipinas deja 20 muertos

JOLO, Filipinas.- Al menos 20 personas fallecieron y 81 más resultaron heridas el domingo tras la explosión de dos bombas, con apenas minutos de diferencia, en una catedral católica durante una misa, en una isla del sur de Filipinas con una presencia activa de insurgentes musulmanes, dijeron las autoridades.
Según los testigos, la primera bomba estalló en el interior del templo de Jolo, la capital de la provincia de Sulu, e hizo que los fieles, algunos de ellos heridos, salieran en estampida por la puerta principal.
Soldados y policías apostados en el exterior corrieron hacia el lugar cuando estalló el segundo artefacto, alrededor de un minuto más tarde, en la entrada principal, causando más muertos y heridos.
El ejército estaba verificando un reporte que apuntó que la segunda bomba podría haber estado adosada a una motocicleta estacionada.
La explosión inicial destrozó los bancos de madera de la nave principal de la catedral y rompió los vidrios de las ventanas, mientras que la segunda esparció los restos humanos y escombros por la plaza de delante de la catedral de Nuestra Señora del Monte Carmelo, según contaron testigos.
La señal de telefonía móvil se cortó en las primeras horas posteriores al ataque.
La policía dijo que al menos 20 personas perdieron la vida y otras 81 resultaron heridas. Quince civiles y cinco soldados fallecieron, mientras que entre los heridos había 14 soldados, dos policías y 65 civiles.
Soldados a bordo de vehículos blindados cortaron la calle principal que va a la iglesia mientras los muertos y heridos eran trasladados al hospital de la ciudad. Algunas víctimas fueron evacuadas por aire a la cercana ciudad de Zamboanga.
«He ordenado a nuestros soldados que eleven su nivel de alerta, garanticen la seguridad de todos los templos y lugares públicos a la vez, y emprendan con celeridad medidas para frustrar planes hostiles”, dijo el ministro de Defensa, Delfín Lorenzana, en un comunicado.
«Perseguiremos hasta los confines de la tierra a los despiadados agresores detrás de este cobarde delito hasta que cada asesino sea llevado ante la justicia y encarcelado. La ley no tendrá compasión con ellos”, señaló la oficina del presidente del país, Rodrigo Duterte, en Manila.
El comunicado presidencial apuntó que “los enemigos del estado desafiaron de forma audaz la capacidad del gobierno para garantizar la seguridad de los ciudadanos en esa región. (Las Fuerzas Armadas filipinas) aceptarán el reto y aplastarán a esos delincuentes impíos”.
La isla de Jolo sufre desde hace años la presencia de los insurgentes de Abu Sayyaf, considerada una organización terrorista por Filipinas y Estados Unidos por sus bombardeos, secuestros y decapitaciones. Un obispo católico, Benjamin de Jesús, fue baleado por supuestos miembros de la milicia en el exterior de la catedral en 1997.