Reflexiones: Los tiempos de Dios no cambian

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Hola amigos, ¿qué tal? Los tiempos de Dios los queremos cambiar, y aunque El siempre será el mismo y sus mandatos y leyes no cambiarán, los hombres queremos ajustar su Palabra a nuestras conveniencias.
Leyendo a san Lucas 10, y viendo cómo el Señor enviaba de dos en dos a sus seguidores a todos los pueblos y lugares a allanarle el camino de la conversión, desvío mi mirada hacia nosotros los pastores, sacerdotes, predicadores, todos los que nos llamamos “seguidores de Cristo” y hago las comparaciones de lugar.
Antes la mies era abundante y los obreros pocos, hoy en día ni mies ni obreros, todos estamos escasos.
Los enviaba como corderos en medio de lobos, hoy no se sabe bien quienes son corderos y quienes lobos.
Pedía que fueran despojados de todo lo material, hoy andamos de dos en dos, pero en jeepetas y vehículos de lujo, “como supuestos pastores de Dios,” igual dijo Jesús: “no saluden a nadie por el camino”, el afán de sobresalir, de popularidad, de liderar nos hace querer socializar con todo el mundo buscando prebendas y privilegios.
Jesús quiere que llevemos paz a los hogares y que comamos y bebamos de lo que tengan, no brindis con vinos y grandes manjares.
Actitudes de humildad que Víctor Martinez considera indispensables para vencer el mal con el bien, a los demonios, las tentaciones, las ostentaciones, ser sencillos y actuar como Dios manda, no como nosotros queremos.
Ojalá lo entendamos para que nuestros nombres queden grabados allá en el cielo.