La menor pone a sudar a otros altos oficiales de la PN

Por Augusto Álvarez
«…y dicen los vecinos que eso no puede ser, un jarro nueve cito tapado con copey», entonces, bebieron agua en un jarro pichao.
Al parecer, antes, mucho antes de que los hombres de gris enloquecieran por la chiquita, se sabía en las alturas.
El laureado Gabriel García Márquez, sin conocer nombres, visualizó al «General en su laberinto», agregando» El Coronel no tiene quien le escriba».
Es un secreto a voces que en el entramado de la menor (¿esperando algo que guarda en su panza?), otros grises figuran.
Suenan y suenan más generales y coroneles en lista de espera de la chiquita, lo que no ignora la superioridad… y menos la madre.
La tierna y fabulosa figura de una criatura que al observarla paraliza el tránsito… y la respiración, pese a no tener barrotes, estaría bloqueando el sueño de los detenidos por abuso sexual.
Quizás el vuelo del general José Acosta Castellano impactó con alguna mariposa, justo cuando su nombre figuraba ¿para qué?
De algún especial lugar de Operaciones Especiales de la Policía Nacional, la figura de la bombita sexual, sigue atormentado a otros de gris.
La verdad es, que si este caso estuviese en manos de una Yeni Berenice Reynoso, los altares caerían en la Policía, pues en este país, el encubrimiento se castiga.