Haití y la rebelión de los muertos

Por Augusto Álvarez
La vecindad nuestra vive una especie de permanente rebelión, quizás desde la intervención gringa, en 1915.
Detrás de las frecuentes rebeliones económicas (causadas por la endémica hambruna), Haití es un cementerio de muertos en vida.
El fuerte brazo de los interventores, nunca pudo frenar la rabia contenida del pueblo haitiano, y ni siquiera el médico dogmatizado, Francois Duvalier.
En la casi totalidad de los países, las autoridades deciden tener selladas sus fronteras. Sin embargo, el hambre logra siempre romper dichos sellos.
En la población haitiana, la miseria crece y golpea, y de la mismo forma en que el embrión rompe el cascarón, la hambruna empuja…
Hacer de las autoridades presentes en Haití una historia, nos obligaría imprimir copia ahora y guardarla para el siguiente capítulo.
La presencia de los interventores en Haití se extendió por 19 años, es decir, de 1915 a 1934,mientras la estadía de los ocupantes gringos, se limitó a 8 años.
Ser indomable parece ser una condición innata de los haitianos, como dispuestos a recepciones dictadores, también podría ser una características de nuestras virtudes.
¿Dónde han echados raíces títeres y figuras de la represión en Haití y otras naciones? Ponemos candados en la frontera a los pobres, mientras damos copia de llave a sus opresores.
Naturalmente, en Haití, pese a la gran hambruna, muchos de los muertos vivientes, felizmente disfrutan de buena salud.