El criminal ¿merece perdón?
Por Augusto Álvarez
Aunque las voces de los ministros religiosos, así como del Ministerio de la Mujer han escaseados en la producción de feminicidios, urge saber ¿qué se hace para reducirlos?
Probablemente dichos feminicidios formen parte de un plan (aunque no oficial) coincidente, de cubrir un escándalo con otro.
Entre fiscales que dan la impresión de tener conexión con verdugos de mujeres y otras autoridades que antes se destacaron por desacatar las órdenes, resulta evidente que la industria de matar mujeres ha crecido.
Ya en las redes, el tema de las traumáticas primarias y la Junta Central Electoral (JCE), luce haber tomado una pausa y privilegiar los acuerdos de las autoridades con los asesinos de mujeres.
La frontera entre el Ministerio Público y la autoridad policial, sólo existe en el papel, de siempre, por tal razón no extraña que fiscales firmando y el asesino saliendo de prisión.
Así ocurrió durante los gobiernos del doctor Joaquín Balaguer (caso Amín Abel Hasbun, cuando Tucidides Martínez, quien salió a fumar, dándole tiempo a la Policía a matar).
También aconteció en Villa Vásquez, donde el matrimonio de agentes DNCD y fiscal sembraron drogas en una barbería.
Muchas lagunas que se verifican entre profesionales, se atribuyen a la mala calidad de la docencia que recibieron de sus educadores, entonces ¿quién y cómo se forman los fiscales, para servir a la sociedad o a la delincuencia criminal?
