¡Ay, ñeñe! Dizque Lidio, ese “Penco” si sabe

Por Augusto Álvarez
Crece la creencia en sectores de la población, que pese a los millones invertidos, muchos nadadores morirán en la orilla.
Esto, a propósito de los que nadan, bracean en el enfurecido río electoral, en procura de alcanzar la Presidencia, y conocedores de una sola llegada, mientras dos se ahogaran antes de alcanzar la orilla.
En el concierto de figuras que buscan ocupar la primerísima responsabilidad en la conducción de la nave del Estado, una nos parece de interés informativo.
Se trata del licenciado Gonzalo Castillo, ex ministro de Obras Públicas, de quien se ha dicho, aspira a que Lidio Cadet, sea juez, luego de haber sido parte.
En los reclamos de los informadores públicos, de los periodistas, orientados a esclarecer la realidad de la gestión de Gonzalo Castillo en la cartera vial.
[¡Qué suerte candidato! la suya por estar súper blindado, pues ningún tecnicismo legal es válido para hacerle responder, ante cualquier embrollo jurídico que intente afectar su avance por ese palo embarrado de grasa.]
Tal y como se estila en los tribunales, Lidio Cadet es parte de la estructura orgánica de un candidato, y por tal razón tendrá que inhibirse.
Quizás uno de las peores decisiones de las administraciones del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), fue prohibir, en las Relaciones Públicas y sustituirlas por voceros, salvo una que otra excepción.
Acceder para obtener información, para lograr algo de interés, previa explicación a un «compañerito», no es posible.
¿Cuántas entrevistas se logran, canalizadas por los departamentos de Relaciones públicas y prensa?
¿Recuerdan a Juan Bosch cuando dijo que un vicepresidente tenía menos autoridad que un cabo, jefe de puesto? En la oficina de prensa de los ministerios, a los periodistas se les paga para estar sentados.
¡Qué suerte candidato! la suya por estar súper blindado, pues ningún tecnicismo legal es válido para hacerle responder, ante cualquier embrollo jurídico que intente afectar su avance por ese palo embarrado de grasa.
Ya se dirigió al licenciado Lidio Cadet, director de Ética e Integridad Gubernamental, además, su compañero. En tanto que el procurador Jean Alain Rodríguez, que es un furgón de fracaso en los temas de los feminicidos y la corrupción, ha resultado un fiasco total.
El nombrado “Penco”, al parecer, buscaba confesarse con el cura Cadet. ¡Ay, ñeñe, así si es bueno!