Creen pleno JCE debe renunciar por carecer de credibilidad
Por Augusto Alvarez
El actual proceso electoral, signado por los cuestionamientos al tribunal de elecciones y la honorabilidad de sus miembros, nos impone una reflexión.
Nunca como ahora, quienes participaron en el proceso de las primarias, así como los aspirantes a cargos municipales, además de los que tienen la mira en mayo, han expresado tantas dudas de la Junta Central Electoral (JCE).
El principal bombardeo, al tribunal de elecciones, lo realizó el francotirador y ex presidente Leonel Fernández, quien durante en más de dos oportunidades, concitó el apoyo de otras fuerzas, en especial, del Partido Revolucionario Moderno (PRM).
Luego de mantener el fuego cruzado al Congreso Nacional para frenar la posible reelección del presidente Danilo Medina (lo que logró), el doctor Fernández y aliados, con una pesada maquinaria de abogados, mantienen una daga en la garganta del pleno de la Junta Central Electoral (JCE).
[La oposición, encabezada por una veintena de partidos políticos, descalificó a la Junta Central Electoral (JCE) como árbitro imparcial de las próximas elecciones.]
Prácticamente, la credibilidad de la Junta está a nivel de piso, al extremo, que cualquier decisión suya, termina en otro tribunal.
La única medida que no ha ido a parar a otro tribunal, es el que se refiere a los fondos que ese organismo entrega a los partidos reconocidos.
¿Es posible que luego de tantas sospechas legítimas, como dicen los abogados, el pleno de la JCE no decida tirar la toalla?
Ese equipo de ciudadanos que están dirigiendo el proceso, si renuncian, le harían un gran favor a la nación. ¿Habrá tiempo aun para organizar otro muñeco?
Cualquiera pensaría que en nuestro país, todas las instituciones (incluidas muchas cabezas pensantes), son prisioneras de un poder invisible, a quienes para nada importa el que digan lo que digan. Para ellos, las palabras corrupción e impunidad quedan atrapadas por la percepción, según cree el oficialismo.
Naturalmente, lo decente sería la renuncia en pleno de quienes dirigen la Junta Central Electoral (JCE), pues no ha pegado una (salvo nadar en las aguas del oficialismo y una vergonzante oposición), mientras los buitres del gobierno y la oposición, apuestan a su sustitución.
